Los Ministerios de Desarrollo Agrario y Desarrollo Social, degradados actualmente al rango de secretarías, deberán regresar en el próximo gobierno. De esta manera, estas áreas pueden convertirse en el buque insignia de las políticas más progresistas del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, como el fortalecimiento de la reforma agraria, la agroecología y la agricultura familiar.
Hoy existe una feroz disputa en torno a la designación de ministros, debido al amplio frente construido durante la campaña electoral. Esto también afecta a los dos ministerios mencionados.
Uno de los nombres citados para el Ministerio de Desarrollo Social es el de la senadora Simone Tebet (MDB-MS), que deja el Congreso el próximo año. La cartera cubrirá la coordinación de programas sociales, con énfasis en el emblemático Bolsa Família, lo que hace que la disputa sea aún más feroz.
Para Desarrollo Agrario, dos nombres han sido ventilados hasta ahora: el diputado federal reelecto Valmir Assunção (Bahia) y el diputado estadual Edegar Pretto (Rio Grande do Sul).
Según Michela Calaça, líder del Movimiento de Mujeres Campesinas (MMC) que acompaña el trabajo del grupo de transición responsable del área, la disputa es "sana", pero atender las demandas de la población debe ser la prioridad de los nombres elegidos para encabezar las dos carteras.
"Hay varios nombres muy interesantes en desarrollo social que pueden ayudar al presidente en esta construcción. Pero me parece que el foco está en la prioridad que ha establecido el presidente, que es acabar con el hambre, acabar con la pobreza extrema, ofrecer un techo a las personas. Y, en este sentido, seguramente será bienvenido el nombre que fortalezca esa estrategia", afirmó Caçala.
La lideresa del MMC defiende que el trabajo de combate al hambre debe ser transversal a las carteras y, por tanto, no debe estar restringido a un solo ministerio. "Obviamente el Desarrollo Social es sumamente importante, pero acabar con el hambre no es solo una tarea del Ministerio de Desarrollo Social. Es necesariamente una tarea de todo el gobierno. Sin embargo, si hay dos ministerios que juegan un papel importante, estos son el Ministerio de Desarrollo Agrario y el Ministerio de Desarrollo Social", dijo.
En ese trabajo transversal de combate al hambre, una de las cuestiones claves de la agenda de la campaña de Lula, Caçala considera que los ministerios pueden ser los principales responsables de las políticas de acceso a la tierra, defensa del territorio, producciones agroecológicas, producción de alimentos saludables y soberanía alimentaria.
"Solo enfrentaremos el hambre de manera real si hacemos una política estructurante para la producción de alimentos saludables basada en la agroecología, porque comer cualquier cosa no resuelve los problemas de salud y no resuelve la sostenibilidad en el proceso de enfrentar el hambre", afirmó la dirigente.
Caçala considera que, en ese movimiento, uno de los grandes obstáculos es la influencia que los sectores del agronegocio tienen en la política brasileña. Ella reconoce el escenario y afirma que el objetivo debe ser evitar el avance del agronegocio en tierras indígenas y la intensificación de la degradación ambiental, por ejemplo.
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La coyuntura "no apunta a una superación de este modelo en nombre de otro modelo, en mi opinión, más rentable para Brasil", dijo. Por lo tanto, hay que saber controlar este modo de producción para fortalecer otro tipo de agricultura, como la agricultura familiar y la agroecología.
Estas formas de producción son capaces no solo de conservar el medio ambiente, sino también de restaurarlo. Es posible restaurar paisajes, cursos de agua y la interacción entre fauna y flora. Pero falta todavía consolidar las políticas agroecológicas en Brasil, facilitando los créditos, la regularización de tierras y otros tipos de incentivos en esta perspectiva. Según Caçala, ese es el camino que se debe recorrer de manera transversal en el próximo gobierno.
En la misma línea, José Josivaldo, de la Coordinación Nacional del Movimiento de Afectados por Represas (MAB) y miembro del grupo de trabajo de transición para el desarrollo agrario del gobierno Lula, afirmó que el nuevo ministerio tendrá la "función directa de tratar las cuestiones agrarias, de producción de alimentos, de los programas realizados con las poblaciones rurales. Esta es la primera certeza que tenemos".
"Tiene que ser un ministerio con la característica de cohesión para servir a la agricultura familiar. Nuestra primera propuesta es que el nombre del ministerio sea Ministerio de Agricultura Familiar y Alimentación Saludable", afirmó Josivaldo, aunque el nombre aún no es un asunto cerrado dentro del gobierno de transición.
El grupo de transición del área trabaja con el retorno y fortalecimiento de políticas, programas y órganos que dejaron de existir o fueron vaciados, como la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), la Agencia Nacional de Asistencia Técnica y Extensión Rural (Anater), el Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria (Incra) y el Consejo Estadual de Seguridad Alimentaria y Nutricional Sostenible (Consea).
También existe la posibilidad de incluir, dentro del ministerio, una especie de defensoría para atender las demandas de los movimientos sociales y grupos de población. La idea es que estos asuntos, como señaló Michela Caçala, sean transversales a otras carteras.
Edición: Thalita Pires