Un operativo de la Policía Civil de Río de Janeiro dejó al menos 25 muertos en la comunidad de Jacarezinho, en la zona norte de Río, este jueves 6. El episodio es considerado la “segunda masacre más grande en la historia de la ciudad”, según la ONG Fogo Cruzado, un laboratorio de datos sobre violencia armada.
El operativo policial contra el narcotráfico dejó 25 víctimas mortales, 24 de ellas “sospechosos”, según el Instituto de Seguridad Pública (ISP), y un policía, André Leonardo de Mello Frias, que recibió un disparo en la cabeza.
Los nombres de las 24 víctimas no se dieron a conocer hasta el cierre de este informe. No hay información adicional sobre la muerte de ninguna de ellas.
Dos pasajeros que viajaban en el metro y un residente fueron alcanzados por balas perdidas, pero sobrevivieron. En el operativo también resultaron heridos dos policías.
“Usamos el término masacre [chacina, en portugués] para cualquier situación que involucra disparos de arma de fuego con tres o más civiles muertos, además de los agentes de seguridad en servicio”, explicó la vocera de la ONG, María Isabel Couto.
Jacarezinho es considerado uno de los cuarteles generales de la facción criminal Comando Vermelho (CV) en Río.
“El operativo policial en Jacarezinho es la situación con más personas baleadas y más muertos en la historia de Fogo Cruzado”, dijo Couto. “Cuando analizamos todas las masacres, esta pierde solamente para la masacre de Baixada Fluminense, en 2005”.
En ese episodio, 29 personas fueron asesinadas. También se trató de un operativo policial contra el narcotráfico.
“En tercer lugar, viene la masacre de Vigário Geral, en 1993, que terminó con 21 muertos”, agregó la vocera de la ONG, quien es doctora y magíster en Sociología.
Allanamientos
Un miembro de la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Brasil (OAB), Joel Luiz Costa, visitó la comunidad donde se llevó a cabo el operativo este jueves por la tarde e hizo una denuncia en su cuenta de Twitter:
“Caminamos por Jacarezinho, entramos a cinco o seis casas, y vimos la misma dinámica: allanamientos, disparos, ejecución. No hay señales de intercambio de disparos. Son ejecuciones. Un niño murió sentado en una silla. Esto es una ejecución, es cruel, es barbarie”, dijo.
25 mortos depois a pergunta que fica:
— Joel Luiz Costa (@joelluiz_adv) May 6, 2021
acabou o trafico de drogas no Jacarezinho?#ChacinaDoJacarezinho pic.twitter.com/vLfnL8egp0
La Policía Civil, a través de las redes sociales, afirmó solamente que lamenta la muerte del policía y las “personas inocentes baleadas dentro del metro”.
Ignorando el Supremo Tribunal Federal
Operativos como el que ocurrió en Jacarezinho pasan por encima de una decisión del ministro Edson Fachin, del Supremo Tribunal Federal (STF), de junio de 2020. Según el fallo judicial, realizado en el marco de la Declaración de Incumplimiento del Precepto Fundamental (ADPF) 635, están prohibidos los operativos policiales en las favelas de Río de Janeiro durante el período de pandemia de COVID-19.
Solo se permiten acciones de ese tipo en casos “absolutamente excepcionales”. De ser el caso, el motivo deberá ser comunicado previamente por la Policía Civil al Ministerio Público. Ninguno de los organismos ha comentado hasta ahora qué justificaría el operativo de este jueves.
“Es cierto que hubo una reducción significativa de tiroteos, muertos y heridos en acciones con presencia de agentes de seguridad en la región metropolitana de Río de Janeiro”, analizó Couto.
“A pesar de esto, cuando miramos el historial de operativos policiales desde que existe la ONG Fogo Cruzado [2016], dos de ellos ocurrieron durante la vigencia de la ADPF”, agregó.
“Esto demuestra que la decisión del STF es importante, porque ha ayudado a salvar vidas, pero la policía la ve como un obstáculo para su trabajo y no como una oportunidad para, de hecho, cambiar las políticas de seguridad en Río de Janeiro”.
Operativos con tal letalidad podrían evitarse con inversión en inteligencia, según la experta.
“La lógica detrás del combate a la delincuencia sigue siendo la de enfrentamiento, y no la de investigación, de planificación. Estos son casos muy graves y deben ser enfrentados por el STF para que ese fallo sirva para reformar la policía en Río de Janeiro. El caso de Jacarezinho deja claro que esto no está pasando”, concluyó.
Edición: Leandro Melito