El Pantanal brasileño registró más de 2.300 incendios en los primeros días de noviembre, un escenario agravado por la sequía y el intenso calor. Los estados de Mato Grosso do Sul y Mato Grosso, que tienen el bioma en su territorio, declararon situación de emergencia para varios municipios.
Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) de Brasil, los registros superan en cinco veces el promedio del mes de noviembre. Los decretos emitidos por las administraciones estatales incluyen los municipios de Aquidauana, Corumbá, Ladário, Miranda y Porto Murtinho, en Mato Grosso do Sul, y todo el estado de Mato Grosso.
Los incendios comenzaron en octubre y ya superaron las 35 mil hectáreas. Más del 70% de esta área se encuentra en el Parque Estatal Río Negro. Las llamas también afectaron al Parque Nacional de Pantanal, la Reserva Privada del Patrimonio Natural Dorochê y el Parque Estatal Encontro das Águas.
En ambas determinaciones, los gobiernos locales mencionan la falta de lluvias y el intenso calor como agravantes del escenario. La situación de emergencia permite transferir recursos y participar en la defensa civil federal.
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Los esfuerzos por apagar el incendio se ven perjudicados por los fuertes vientos que soplan en la región y las dificultades para acceder a las zonas afectadas. El lunes 13, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (IBAMA) anunció refuerzos en el personal de extinción de incendios y asistencia a los estados.
Allí trabajan casi 300 bomberos y funcionarios federales. Se está elaborando un plan de trabajo conjunto. En el operativo se utilizan cuatro aviones y se enviarán dos más como refuerzo. El IBAMA y el Instituto Chico Mendes informaron que destinarán más brigadistas para trabajar en la zona.
Edición: Rodrigo Chagas