Un teatro genuinamente brasileño, y también latinoamericano, en el que los trabajadores y trabajadoras se apropian de los medios de producción artística al tiempo que se difuminan las fronteras que separan al actor del espectador. Esta fue la búsqueda de Augusto Boal, nacido hace 90 años en la ciudad de Río de Janeiro.
Los vínculos que Boal estableció con las organizaciones de la clase trabajadora, en el campo y en la ciudad, se recuerdan con cariño hasta hoy. El hueco que dejó su muerte en 2009 no es mayor que las contribuciones que dejó a la cultura brasileña y latinoamericana.
Hijo de un panadero y un ama de casa, Boal nació el 16 de marzo de 1931 y desde su infancia soñaba con ser director de teatro. Aunque se licenció en ingeniería química, siguió escribiendo sus propios textos teatrales y formándose en el campo de la dramaturgia, abordando temas como la precariedad laboral y el racismo.
Durante su estancia en Estados Unidos en la década de 1950 para cursar un doctorado en ingeniería, Boal realizó cursos que le permitieron conocer las experiencias del teatro de la Unión Soviética.
Sin embargo, fue en el Teatro de Arena, a partir de 1955, donde Boal consolidó una dramaturgia sobre temas y personajes nacionales, o nacionalmente populares, que hasta entonces era inédita en el teatro brasileño.
Temas como el fútbol, la corrupción y la cuestión agraria, los debates sobre el imperialismo y la soberanía nacional, entraron en escena en esta época. Es en este contexto que Augusto Boal se acerca a las Ligas Campesinas, produciendo obras sobre los "de abajo" y su lucha por la tierra.
Perseguido durante la dictadura cívico-militar de 1964 a 1985, Boal permaneció en el exilio durante años, en países como Argentina, Perú, Ecuador, Portugal y Francia, pero siguió activo en su militancia cultural y política. "Teatro Imagem", "Teatro Jornal", "Teatro Fórum" y "Teatro Invisível" son algunas de las expresiones de este nuevo formato, en pleno periodo de dictaduras en América Latina.
El libro "Teatro del oprimido y otras poéticas políticas" es la obra maestra de Boal, y llegó a Brasil en 1974. Así nació un método teatral que reunía ejercicios, juegos y técnicas teatrales para la democratización de los medios de producción teatral y la transformación de la realidad a través del diálogo.
Boal propone romper las fronteras entre el arte escénico y la práctica política, entre el actor y el espectador, apuntando a la formación de sujetos sociales que se conviertan en multiplicadores de la lucha por los derechos y la ciudadanía.
Desde 2017, Brasil tiene en su calendario oficial el Día Nacional del Teatro del Oprimido. La fecha elegida es precisamente el 16 de marzo, en honor a su creador.
Nombrado "Embajador del Teatro" por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Boal luchó contra una leucemia y murió de insuficiencia respiratoria en mayo de 2009 en Río de Janeiro.
Edición: Poliana Dallabrida