Brasil es el segundo país del mundo con mayor concentración de ingreso, solo atrás de Qatar, en Oriente Medio. De acuerdo con el ranking del Índice de Desarrollo Humano (IDH), de 2018, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), divulgado este lunes (9), un tercio de todas las riquezas brasileñas están en manos del 1% más rico.
Los datos del IDH se refieren al año 2018. No incluyen, por lo tanto, información sobre el primer año del gobierno de Jair Bolsonaro. Sin embargo, para Juliane Furno, doctoranda en Desarrollo Económico, por la Universidad Estadual de Campinas (UNICAMP), que estudia las políticas económicas del gobierno, la tendencia es empeorar.
La tendencia, para Furno, se debe a dos factores. El primero es el bajo crecimiento económico, menos del 1%. El segundo es la política económica que favorece la concentración del ingreso.
Otro factor, explica la especialista, es la influencia de la economía de libre mercado, que tiene la “disposición obvia” de aumentar la desigualdad, potencializada en un escenario en que el gasto en políticas sociales se convirtió en el "villano del gobierno".
“El Estado brasileño, al hacer una opción por reducirse y retirarse de las políticas sociales, ya es responsable por el aumento de la desigualdad. Pero el gobierno además actúa acentuando esa desigualdad cuando culpa por el problema de la crisis al aumento del gasto.”
De acuerdo con ella, el conjunto de reformas aprobadas en los últimos años, como la laboral (2017) y la de pensiones (2019), también contribuyeron a la precarización de la calidad de vida de la clase trabajadora. Según el informe, Brasil saltó del 9º al 7º lugar entre los países con mayor desigualdad.
“La idea es rebajar el costo de la fuerza de trabajo y aumentar los márgenes de lucro, aumentando la desigualdad entre capital y trabajo. Todo eso ayuda a la concentración del ingreso y tiene un peso sobre la pobreza y extrema pobreza significativo”, analiza.
Otros puntos del informe
El informe también mostró que Brasil perdió una posición en el ranking de IDH.
A pesar de haber alcanzado un índice de 0,761, una mejora de 0,001 con relación a 2017, el informe mostró que Brasil perdió una posición en el ranking de IDH: pasó del puesto 78ª al 79ª.
Entre 2009 y 2017, la media de crecimiento anual del IDH brasileño fue de 0,004. El IDH, medido todos los años, va de 0 a 1 y cuanto mayor el índice, más desarrollado es el país. La ONU tiene como base indicadores de salud, educación e ingreso.
Entre 1990, cuando comenzó la serie histórica, y 2018, Brasil tuvo un aumento consistente en su índice: cerca de 24%, por encima de la media de América Latina y del Caribe, que fue de 21%, y de la media global, de 22%. El progreso, con todo, fue más significativo entre 1990 y 2013. A partir de 2014, la crisis económica que afectó al país disminuyó el ritmo de crecimiento.
En la lista de países de América del Sur, Brasil aparece empatado con Colombia en la posición 79ª. Chile quedó en primer lugar, en la posición 42ª de la colocación general, seguido por Argentina, en 48ª, y Uruguay, en 57ª.
La escala clasifica a los países en tres tipos: con IDH alto, medio y bajo. Mundialmente, el ranking es liderado por Noruega, con IDH. Entre aquellos con IDH medio, Antigua y Barbuda (formado por 37 islas situadas entre el mar del Caribe y el Océano Atlántico) aparece en primer lugar, con un índice de 0,776, en la posición 74ª. Entre los países con bajo desarrollo humano, Níger aparece en último lugar, en la posición 189ª, con un IDH de 0,377.
Desigualdad enmascarada
El programa también creó un índice que cruza datos del IDH con otras investigaciones. Eso porque, según el propio PNUD, el IDH enmascara desigualdades. Con información ajustada, Brasil es el país que más baja en las posiciones del ranking, pasando a la 102ª, y con un índice que cae de 0,761 a 0,574. El segundo país que más pierde posiciones es Camerún.
Género
El programa también presentó el Índice de Desarrollo de Género, que trae los indicadores del IDH desglosados por sexo, en 166 países. En Brasil, el IDH de los hombres fue de 0,761 y el de las mujeres de 0,757.
Los datos mostraron que las mujeres están en mejores condiciones en cuestión de salud y educación con relación a los hombres. Mientras tanto, cuando el asunto es ingreso bruto, los hombres quedan mejor posicionados. El ingreso nacional bruto per cápita de las mujeres es 41,5% menor que el de los hombres. En dólares, esa diferencia equivale a US$ 10.432 por año contra US$ 17.827 para los hombres.
Edición: Rodrigo Chagas | Traducción: Pilar Troya