El 1% más rico de la población mundial concentra hoy 50,1% de la riqueza de las familias de todo el mundo, de acuerdo con informe del Credit Suisse de 2017. Además, la tendencia es que ese porcentaje continúe aumentando, según el estudio de la Biblioteca de la Cámara de los Comunes británica, encomendado por el diputado laborista Liam Byrne.
Si las tendencias observadas desde la crisis financiera de 2008 continúan, observa el informe, el llamado 1% tendrá en sus manos 64% de la riqueza global en apenas 12 años.
Un estudio de la Oxfam, divulgado en enero de este año, utilizando tambiénÉdatos del Credit Suisse, señaló que cerca de 7 millones de personas que forman el grupo del 1% más rico del mundo se quedaron con 82% de toda la riqueza global generada en 2017.
Rafael Georges da Cruz, coordinador de campañas de la Oxfam Brasil, comenta la concentración de renta entre los más ricos. "Las últimas investigaciones de la Oxfam han revelado que las desigualdades de patrimonio en el mundo han crecido, la concentración del patrimonio en el tope, en el 1% más rico, en los multimillonarios ha crecido", afirma.
Él explica que las desigualdades disminuyeron entre los trabajadores, debido a programas sociales como el Bolsa Familia, que ocasionaron la reducción de personas en extrema pobreza, pero la híperconcentración de renta sigue intacta. "De cierta forma es un círculo vicioso del cual sólo vamos a salir con políticas redistributivas muy fuertes, por ejemplo, políticas tributarias internacionales, el fin de los paraísos fiscales y esos tipos de políticas", explica.
Quien sigue concentrando
Los cambios en la tributación aparecen como alternativas para el combate a las desigualdades. Conforme la investigación Oxfam Brasil/Datafolha lanzada en diciembre del año pasado, la mayor parte de los brasileños se declara favorable al aumento de impuestos en el país siempre que sea aplicado apenas a los “muy ricos”, para financiar mejoras en las áreas de educación, salud y vivienda, según datos de la investigación.
Además de eso, 72% apoyan la reducción de la carga indirecta de impuestos (aquellos cobrados sobre el consumo) y aumento de la carga directa (impuestos a la renta) para las personas de altísima renta.
Jorge Paulo Lemann (AB Inbev), Joseph Safra (Banco Safra), Marcel Hermmann Telles (AB Inbev), Carlos Alberto Sicupira (AB Inbev), Eduardo Saverin (Facebook) y Ermirio Pereira de Moraes (Grupo Votorantim) son las seis personas más ricas de Brasil. Ellos concentran, juntos, la misma riqueza que los 100 millones más pobres del país, o sea, la mitad de la población brasileña que está compuesta por 207,7 millones de personas.
Si cada uno gastase un millón de reales por día (283.000 dólares), esos seis millonarios tardarían 36 años en agotar su patrimonio. Fue lo que reveló otro estudio sobre desigualdad social realizado por la Oxfam.
La fórmula de austeridad total y la radicalidad de algunas propuestas, como la enmienda constitucional que fijó un techo a los gastos en educación y salud por 20 años y los cambios en las leyes laborales efectuados por el gobierno de Michel Temer, dice Georges, causan contracción económica, pero no impactan a los muy ricos.
Quien pierde
La coordinadora de investigaciones y tecnología del DIEESE, el Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos, Patricia Pelatieri, apunta sobre quien recae el peso de las desigualdades. "Quien paga el precio de esa concentración de renta vergonzosa que Brasil vive, resultado de las opciones políticas y económicas adoptadas son los trabajadores, más específicamente las mujeres, los negros y los jóvenes", sentencia.
La investigadora recuerda que en 2017 los bancos batieron records de ganancias, alcanzando los US$ 1,7 billones, al mismo tempo que más de 1,5 millones de brasileños fueron arrojados a la extrema pobreza.
Según los datos de la Encuesta Nacional por Muestra de Hogares (PNAD por sus siglas en portugués), hay 15 millones de brasileños viviendo en la pobreza extrema con hasta US$ 38,5 (136 reales) mensuales.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Canasta Básica de Alimentos (PNCBA por sus siglas en portugués) del DIEESE, en el primer trimestre de 2018 el valor de la cesta básica subió en 18 de las 20 capitales investigadas. "En abril el salario mínimo necesario sería de US$ 1.051 (3.706,44 reales), o sea, casi 4 veces superior al salario mínimo brasileño", cuenta.
Edición: Cecilia Figueiredo