Organizaciones estudiantiles, profesores y funcionarios brasileños realizan una serie de protestas contra recortes y medidas restrictivas impuestas por el gobierno de Jair Bolsonaro desde el comienzo de su mandato. Las protestas tienen lugar este miércoles (02) y el jueves (03).
La convocatoria es una respuesta al recorte de 11.800 becas de investigación de la agencia CAPES [Coordinación de Mejoramiento de Personal de Educación Superior, agencia del Ministerio de Educación] y al bloqueo de US$ 1.690 millones en el presupuesto de instituciones federales de enseñanza.
Los manifestantes también denuncian la intervención del gobierno federal en procesos electorales internos de las universidades federales y reivindican la libertad de manifestación en las instituciones de enseñanza.
Por último, las protestas tienen por objetivo desmantelar el proyecto “Future-se”, que establece la creación de un fondo de R$ 102.000 millones [US$ 27.000 millones] para atraer inversiones privadas en las instituciones de enseñanza superior del país. Hasta ahora 23 instituciones federales de enseñanza -- de las 63 en el país -- declararon rechazar el proyecto.
Un programa del gobierno que incentiva la creación de colegios cívico-militares en estados y municipios, lanzado el 5 de septiembre, también está entre los temas de la movilización.
El profesor y presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Heleno Araújo, clasificó la medida como “una aberración más”. Articulado por los Ministerios de Educación (MEC) y de la Defensa, el proyecto establece que militares retirados administren escuelas públicas de enseñanza secundaria y que bomberos y policías actúen en la “disciplina” escolar.
“No vamos a aceptar una administración de 15 policías dentro de las escuelas para dar órdenes a profesores, directores, con reglas militares para la escuela del pueblo, pública, laica, gratuita, como tiene que ser”, asevera Araújo.
Edición: João Paulo Soares