Los Estados Unidos avanzaron, este martes (18), en dirección a la utilización restringida de la Base de Alcántara (en el estado de Maranhão) en Brasil. El acuerdo fue firmado por los ministros Ernesto Araújo (Relaciones Exteriores) y Marcos Pontes (Ciencia y Tecnología) y por representantes del gobierno americano, después de casi 20 años de negociación entre los dos países. El presidente Jair Bolsonaro (PSL) acompañó la firma. El documento aún debe ser aprobado por el Congreso Nacional.
El Acuerdo de Salvaguardas Tecnológicas (AST), que concede el uso comercial del centro de lanzamiento, fue detenido dos veces por los brasileños: en el Congreso Nacional, en 2001, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso, y por medio de plebiscito realizado en la misma época. En 2016, el gobierno de Temer se empeñó en aprobarlo, pero no lo consiguió.
La propuesta original del gobierno estadounidense prohibía la utilización de la base por el Brasil debido a la confidencialidad tecnológica, imponiendo una sumisión brasileña al país extranjero, que detenta el 80% del mercado espacial. En el nuevo texto, la expresión “área segregada” fue sustituida por “área restringida”, para intentar contener las críticas que cuestionan la autonomía del país ante el acuerdo comercial con los Estados Unidos.
Flávio Rocha, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de ABC (UFABC), afirma que ahora los Estados Unidos tienen acceso al lugar más estratégico – de todo el mundo – para lanzamiento de satélites. El especialista en geopolítica y seguridad internacional entiende que el acuerdo está motivado por una política "ultra-neoliberalizante".
“Se busca un alineamiento geopolítico a todo costo, a corto plazo, con los Estados Unidos”, evalúa Rocha, que es enfático al afirmar que la negociación de la base de Alcántara coloca la soberanía del país en peligro. “El mayor riesgo que veo en esto es una pérdida de autonomía política e ideológica del país para desarrollar una serie de tecnologías que serían de interés nacional. Son tecnologías que nos permitirían escoger socios estratégicos, socios para desarrollar toda una gama de ciencia y tecnologías, que podrían colocar a Brasil en un nivel distinto del que está hoy en la comunidad científica mundial”, complementa.
Durante las tentativas realizadas por el gobierno Temer, en entrevista con Brasil de Fato en 2017, Ronaldo Carmona, investigador de Geografía de la Universidad de São Paulo (USP), alertó sobre el riesgo de la presencia estadounidense en el país. Según él, el interés de los EE. UU. es contener la emergencia de nuevas potencias.
"Los EE. UU. siempre maniobraron en el sentido de disminuir la capacidad estratégica de que Brasil sea un país que tenga mayor autonomía y condición de afirmarse como una potencia entre las naciones", dice Carmona.
Acompañe en el site de Brasil de Fato la repercusión del nuevo acuerdo entre EE. UU. y Brasil.
Edición: Lu Sudré | Traducción: Pilar Troya