Glenn Greenwald es el periodista responsable por un conjunto de notas que reveló al mundo el espionaje del gobierno de los Estados Unidos por medio de la Agencia Nacional de Inteligencia (NSA, sigla en inglés). Entre las espiadas, estaba la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
Nacido en los Estados Unidos, Glenn actualmente es corresponsal del periódico The Intercept en Rio de Janeiro y fue el primer periodista en entrevistar a Dilma después de la votación del proceso de impeachment en la Cámara de Diputados, el 17 de abril de este año.
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Brasil de Fato - El site Wikileaks llegó a denunciar que el presidente interino de Brasil Michel Temer sería informante de los Estados Unidos. ¿Qué opinas de esa relación?
Glenn Greenwald – Cuando Wikileaks divulgó esos documentos por primera vez, cuatro años atrás, fueron hechas algunas notas en el diario Folha de S. Paulo y en otros. En aquella época, nadie prestó mucha atención porque las personas no se importaban mucho con Temer. Pero, ahora, claro, el foco esta en él. Lo que Wikileaks dice ahora es que Temer está espiando a Brasil, junto a los Estados Unidos. Ese documento mostró un comportamiento muy raro, muy extraño, muy sospechoso. Para mi, ese documento subió el nivel de espionaje o traición. Yo creo que esos registros son muy interesantes porque muestran que Temer es muy próximo a los Estados Unidos. Hay muchas personas creyendo que ese impeachment es para apartar a Brasil de los BRICS [grupo conformado por Brasil, Rusia, India, China y África del Sur]. Quieren al país lejos de China y más próximo a los Estados Unidos. Y ese documento es una evidencia de que el presidente [interino] es una persona que tiene una relación muy próxima con los Estados Unidos. En realidad ellos estaban pasando información no pública a un gobierno extranjero. Creo que, al menos eso, debe ser investigado.
¿Cómo ve la postura de los Estados Unidos en ese proceso de impeachment en Brasil?
Esa cuestión sobre las vinculaciones de los Estados Unidos con la política interna de Brasil es muy sensible porque todos los brasileños, o la mayoría del pueblo, saben que los Estados Unidos estuvieron vinculados en el golpe de 1964 y que apoyó a la dictadura.
Cuando la presidente Dilma dio una entrevista a la RT [canal Rusia Today] ella dijo que no tenían evidencias de que los Estados Unidos estarían envueltos [en el proceso de impeachment]. Lo que yo puedo decir, con certeza, es que el gobierno de los Estados Unidos tiene preferencia por el gobierno de Temer, en comparación al gobierno del PT [Partido de los Trabajadores].
El gobierno de Temer ofrece muchos más beneficios a los Estados Unidos, a los bancos estadounidenses y al capital de la Wall Street [mercado financiero]. Entonces, creo que tal vez ellos no estén apoyando el proceso, pero si aprovechando, mostrando que ellos no lo van a impedir. Un día después de la votación en la Cámara de Diputados, el líder de la oposición, el senador Aloysio Nunes, fue para Washington y se encontró con políticos de alto grado del gobierno de los Estados Unidos. Dijo que estaba yendo para dar informaciones, para decir que no es un golpe. Claro que cuando el líder de la oposición se encuentra con los miembros del gobierno en Washington, en ese momento tan importante y sensible, levanta sospechas sobre el rol de los Estados Unidos en ese proceso.
¿Cómo evalúas la cobertura realizada por los medios de comunicación en el proceso de impeachment?
Hice un reportaje en muchos países del , en los últimos ocho años, y yo nunca vi medios de comunicación comportándose así como en Brasil. Tres familias ricas son dueñas de casi todos los grandes medios de comunicación. Casi el total de ellos unidos contra el PT, contra el gobierno de Dilma, apoyando el impeachment. Los periodistas que trabajan en esas organizaciones están, casi unánimemente, apoyando el impeachment. No están haciendo periodismo, no están priorizando la pluralidad de opiniones. Están haciendo propaganda para los dueños de estas organizaciones para derrocar al gobierno que los dueños [de los medios de comunicación] no gustan. Están trabajando para colocar al gobierno que ellos prefieren. Eso para mí es una amenaza, no sólo a la libertad de prensa, sino también a la democracia. Esas organizaciones tienen la responsabilidad de informar al público, pero hacen lo contrario. Están difundiendo propaganda. Lo bueno es que, ahora, con internet, esas organizaciones no pueden controlar toda la información que los brasileños están recibiendo. También hay muchos periodistas extranjeros en Brasil, que no son controlados por esas organizaciones, y que están haciendo reportajes sobre las mentiras de los líderes del impeachment. Las informaciones que los brasileños reciben están más diversificadas. Creo que esas organizaciones brasileñas están perdiendo el control que ellas tuvieron por mucho tiempo.
¿Cómo evalúas las reciente movilizaciones de la derecha en América Latina con la victoria de Mauricio Macri, en Argentina; la derrota de la izquierda en el referéndum de Bolivia; los golpes contra Fernando Lugo, en Paraguay, y Manuel Zelaya, en Honduras?
Es preciso dividir las situaciones. La derecha ganó las elecciones en Argentina de manera más o menos limpia y justa. También en Bolivia hubo elecciones para mantener el límite del mandato del presidente Evo Morales. Si el pueblo quiere votar por el cambio, tiene el derecho a hacerlo. Pero, en países como Paraguay o en Honduras, así como en Brasil, y también en Venezuela, existe ese movimiento en que gobiernos de izquierda, que fueron electos, están siendo desplazados por políticos de derecha que no fueron electos.
Podemos observar esos dos movimientos de la derecha en América Latina. Uno que es justo, porque sucede en elecciones, y hay otra parte que es atacando a la democracia. Precisamos considerar esas diferencias cuando analizamos.
¿Cuál es su opinión sobre el proceso de impeachment contra Dilma Rousseff?
Creo que ahora está mucho más claro que el impeachment no tiene nada que ver con la corrupción. El PT ganó cuatro elecciones seguidas, y los más ricos, las personas más poderosas, no consiguieron derrotar al PT dentro de la democracia. Los problemas económicos y la impopularidad de Dilma sirvieron como oportunidad para ellos, finalmente, sacar a la presidente y destruir al PT fuera del proceso democrático. El impeachment es sólo eso: las fracciones más ricas, más poderosas, explotando la oportunidad de cambiar el gobierno que ellos no consiguieron sacar por elecciones democráticas.
Traducción: María Julia Giménez
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