Nuevamente, la represión fue lo que caracterizó la actuación del Estado brasileño en las manifestaciones contrarias al gobierno no electo de Michel Temer. Este martes, 13 de diciembre, en varias grandes ciudades de Brasil ocurrieron actos en contra de la aprobación de la enmienda constitucional que congeló la inversión pública durante 20 años.
En la capital Brasilia, manifestantes denunciaron el uso de bombas de efecto moral, disparos de balas de goma y gás pimienta por parte de las fuerzas represivas. Varios manifestantes fueron heridos y más de 70 personas fueron detenidas.
Además de la oposición a la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC) 55 mencionada (aprobada el mismo martes por el senado por 53 votos contra 16), las manifestaciones criticaron las reformas de seguridad social y de la enseñanza secundaria, entre otras iniciativas oficialistas.
Según la organización del acto en Brasilia, participaron más de 3 mil personas.
Según Malvina de Lima, jubilada presente en las manifestaciones, el escenario se asemejaba al de la dictadura:
“Ellos simplemente empezaron a tirar bombas y más bombas. Qué es esto? Tengo 65 años, viví el período de la otra dictadura, y les puedo decir que esta ya está siendo peor”.
Según el dirigente del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), Marco Baratto, a los manifestantes se les impidió llegar a la Explanada dos Ministerios.
“La tendencia ahora es que todo acto en la Explanada sea bastante reprimido. Estamos viviendo un momento muy tenso en la política. Los militantes organizados no tienen más el derecho a manifestarse”.
Luego de aprobada la PEC 55, el senador Lindbergh Farias (PT-RJ), informó que la oposición iniciará acciones para responsabilizar el gobierno por la conducta de la policia.
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