El presidente brasileño, Lula da Silva, llegó este jueves 24 a Angola con la expectativa de ampliar la cooperación con el continente africano. El flujo comercial de Brasil con la región creció un 33,7% en 2022 (un total de 21,3 mil millones de dólares) en comparación con 2021 (15,9 mil millones de dólares). Aun así, está muy por debajo de 2012, cuando era de casi 30 mil millones de dólares.
Lula está en suelo africano desde principios de la semana para participar en la Cumbre de los BRICS, en Johannesburgo. El día de su llegada a la capital sudafricana, el presidente brasileño calificó de "inaceptable" el actual estado de los intercambios comerciales. También llamó "ambicioso" al proyecto de zona de libre comercio que se desarrolla en el continente y dijo que allí existen "innumerables oportunidades para los productos brasileños, como alimentos y bebidas, petróleo, mineral de hierro, vehículos y manufacturas de hierro y acero".
Actualmente, el flujo comercial de Brasil con los países africanos corresponde solo al 3,5% de su comercio exterior y la red de acuerdos comerciales es incipiente, según evalúa el gobierno brasileño.
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El mandatario brasileño apunta a la diversificación de productos, ya que la canasta exportadora brasileña está compuesta predominantemente de alimentos, debido a "un retroceso considerable en la participación de vehículos, maquinarias y equipos, en paralelo a la disminución del acercamiento diplomático", explica Igor Castellano, profesor del Departamento de Economía y Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Santa María (UFSM). Para Castellano, la promoción externa de bienes industrializados con alto valor agregado "requiere activismo político y confianza mutua", algo que no fue una prioridad durante los gobiernos de Michel Temer y Jair Bolsonaro.
Como resultado, Brasil ha perdido espacio frente a "grandes competidores internacionales, como China, India y Estados Unidos, pero también competidores de mediana escala, como Turquía, Bélgica, Holanda y Corea del Sur, en la lista de los principales proveedores de productos para el continente". Estos países han establecido alianzas sólidas y de largo plazo.
Los angoleños, en cambio, exportan sobre todo petróleo. El gobierno angoleño, afirma Castellano, sabe que necesita reducir su dependencia económica de este bien para afrontar el escenario de escasez futura, como lo hacen varios países del Golfo Pérsico, por ejemplo. Una alternativa sería usar los conocimientos y las tecnologías asociadas a la economía verde como núcleo para el desarrollo de otros sectores económicos agrícolas, industriales y de servicios, "algo que China ha hecho sabiamente".
Lula, de hecho, mencionó esta semana que Brasil y varios países africanos tienen planes "integrales" de renovación de sus matrices energéticas, con el fin de cuidar los bosques tropicales, preservar la biodiversidad y combatir la desertificación.
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Para Castellano, "las economías dependientes de la exportación de hidrocarburos presentan dificultades estructurales para orientar dichos recursos hacia un amplio desarrollo social y una diversificación económica. Este lineamiento necesita una planificación a largo plazo y de enormes esfuerzos políticos para materializarse. Que esto se materialice depende mucho de la correlación de fuerzas políticas en Angola en relación al interés de asumir los costos de esta transición, además de la voluntad de Brasil de ejecutar los proyectos y transferir tecnologías cruciales en la cooperación".
El profesor analiza que la apuesta de Lula es "utilizar un instrumento muy relevante para estimular la transformación de los socios externos en el desarrollo, la cooperación técnica horizontal, y buscar compartir con Angola las experiencias del proceso de transición energética que intenta implementar internamente".
Del Cerrado a la Sabana
En la Cumbre de los BRICS, el presidente brasileño también destacó el potencial de los países africanos para producir sus propios alimentos. "África tiene el 65% de la tierra cultivable disponible en el mundo y una fuerte vocación de ser una potencia agrícola, con capacidad de alimentar a su gente y ofrecer soluciones para la seguridad alimentaria global".
Lula también mencionó técnicas modernas de agricultura tropical desarrolladas por Brasil que pueden ser replicadas, por ejemplo, el proceso de productividad agrícola desarrollado por la Empresa Brasileña de Pesquisa Agrícola (Embrapa) en el Cerrado, que podría ser útil para la sabana africana.
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Para discutir la reactivación del comercio con el continente, Brasil reunió en Johannesburgo, en junio pasado, a los responsables de los sectores de promoción comercial de todas sus representaciones en los países africanos, y señaló lo siguiente: la política exterior brasileña está comprometida con las relaciones políticas y económicas con los países y sociedades africanas, y habrá correspondencia entre la rutina diplomática y el estímulo real del gobierno federal para dirigir recursos financieros, humanos e institucionales, así como legitimidad política para movilizar las relaciones comerciales.
Agenda
Lula será recibido en Luanda, capital angoleña, por el presidente João Lourenço, por la Asamblea Nacional y participará en un seminario y un evento empresarial al que asistirán unos 60 empresarios brasileños. El domingo finaliza su gira por África participando en la 14ª Conferencia de Jefes de Estado de la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), en Santo Tomé, capital de Santo Tomé y Príncipe.
Edición: Nadini Lopes e Patrícia de Matos
