Expectativa

Stedile afirmó que no teme a la CPI del MST: 'Voy sin preocupaciones'

Decepcionado con la Comisión, el dirigente del MST dijo que 'esperaba que se debatieran los problemas agrarios' del país

Traducción: Isabela Gaia

Brasil de Fato | São Paulo (SP, Brasil) |
João Pedro Stedile, dirigente nacional de la Vía Campesina y del MST. - Rafael Stedile

Este martes 15, la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI) que investiga el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST)

recibirá a João Pedro Stedile, el fundador y dirigente nacional del Movimiento, quien rendirá testimonio, en su condición de convocado, a los diputados federales que forman parte del colegiado.

En entrevista con Brasil de Fato, Stedile afirmó que va a la CPI "sin preocupaciones". "Solo diré lo que sé, estoy tranquilo y sereno para defender los intereses de la reforma agraria y del pueblo brasileño."

La declaración de Stedile será la culminación de la Comisión, que tuvo su primera sesión el 23 de mayo de este año. Tres meses después, la CPI, integrada en su mayoría por parlamentarios de ultraderecha, intenta llamar la atención de la opinión pública, que está concentrada en la agenda del gobierno federal, en la CPI  que investiga los actos golpistas del 8 de enero de este año y en las investigaciones de los casos de corrupción que involucran a personas vinculadas al expresidente Jair Bolsonaro (Partido Liberal).

El pasado martes 8, la base oficialista negoció intercambios de integrantes de la CPI del MST con partidos del Centrão, grupo que reúne a parlamentarios de la derecha liberal y fisiológica. Desde entonces, el gobierno puede haber logrado formar una mayoría en la Comisión, lo que socavará la estrategia de su presidente y su relator, los diputados federales Zucco (Republicanos - Rio Grande do Sul) y Ricardo Salles (Partido Liberal- São Paulo), ambos fieles opositores al MST.

Los intercambios abarcan a los partidos União Brasil, Movimiento Democrático Brasileño, Partido Progresistas y Partido Republicanos. Los dos últimos podrán componer el primer escalón de gobierno, ganando ministerios, en una eventual mini reforma ministerial, que podría darse hasta principios de septiembre.

Stedile afirmó que se siente decepcionado con el trabajo de la Comisión. "Esperaba que la CPI fuera un foro para debatir los problemas agrarios de nuestro país. Incluso si la composición de la Comisión tuviera, como es natural, un grupo de extrema derecha, que obviamente tiene una mirada sobre la cuestión agraria brasileña diferente a la de la izquierda, esperábamos que los diputados fueran honestos, que señalaran los problemas que la sociedad brasileña tiene en el ámbito rural."

Lea la entrevista completa:

¿Qué espera de su declaración en la CPI?

Voy sin preocupaciones, solo diré lo que sé, estoy tranquilo y sereno para defender los intereses de la reforma agraria y del pueblo brasileño. Para mí es un gran orgullo, llevamos 40 años defendiendo los intereses del pueblo. No tenemos nada que perder.

El MST es un movimiento legítimo, que siempre ha actuado dentro de las reglas de la constitución y, más que legítimo, es un movimiento popular necesario, porque en la historia de la humanidad nunca ha habido una reforma agraria sin la presión social de los [campesinos] sin tierra organizados, esto ha pasado en todo el planeta y es el rol del MST organizar a los trabajadores para que luchen por la tierra. Como decía nuestro querido Don Pedro Casaldáliga, 'menos mal que existe el MST, porque si no existiera, habría que reinventarlo'.

En Brasilia, algunos apuestan que los parlamentarios del bloque de ultraderecha intentarán hacerle una entrevista larga, para cansarlo, con un discurso ofensivo. ¿Está preparado?

Es importante que la sociedad tome conciencia de que no es casualidad que en los 40 años de nuestra existencia hayamos enfrentado tres CPI contra el MST precisamente en los gobiernos de Lula. ¿Por qué no hicieron esto durante los gobiernos de FHC [Fernando Henrique Cardoso] o incluso de Bolsonaro? Porque usan estos instrumentos parlamentarios para tratar de evitar que, durante los gobiernos progresistas, la reforma agraria adquiera la importancia que tiene.

Estamos tranquilos, porque siguen investigando y no encuentran nada. Esta CPI existe para amedrentar a los agentes públicos, que se asustan con la existencia de la CPI, con la posibilidad de ser investigados, porque en el simple hecho de ser convocados ya entran en pánico. Las personas tienen sus trayectorias y no necesariamente están preparadas para esta ejecución pública cuando van allí.

Estas personas son sometidas a todo tipo de humillaciones, porque el diputado se convierte en inquisidor y puede usar todas las prerrogativas para intimidar, amenazar y ofender, como hemos visto en estos tres meses. Las que van allí tienen que tener mucha sangre fría, porque algunos diputados de extrema derecha abusan, dejan de ser civilizados y ofenden, para ver si la gente reacciona de forma destemplada y, con eso, pueden tomar alguna otra medida que perjudique aún más al deponente. Estoy preparado, cinco o siete horas es lo normal para nosotros, nuestros cursos de formación duran días, algunos duran semanas, algunos cursos duran un mes. No será un problema.

¿Cuál es su análisis de la CPI hasta el momento?

Esperaba que la CPI fuera un foro para debatir los problemas agrarios de nuestro país. Incluso si la composición de la Comisión tuviera, como es natural, un grupo de extrema derecha, que obviamente tiene una mirada sobre la cuestión agraria brasileña diferente a la de la izquierda, esperábamos que los diputados fueran honestos, que señalaran los problemas que la sociedad brasileña tiene en el ámbito rural. ¿Quiénes son los responsables de estos problemas? ¿Cuáles son las soluciones?

El MST es parte de la realidad agraria, podemos criticarlo o apoyarlo, pero existe, es parte de esa realidad agraria y propone enfrentar los problemas del campo y presentar soluciones, como la propuesta de reforma agraria popular, en la que los [campesinos] sin tierra tengan acceso a la tierra, dándole una nueva función social, y que los trabajadores puedan producir alimentos para la población, es decir una reforma agraria popular y ya no campesina, que sirve solo a los que trabajan la tierra.

En estos tres meses no hemos escuchado nada de eso, porque la bancada de extrema derecha, que ni siquiera representa los intereses de la bancada ruralista, convirtió a la CPI en un circo, con toda clase de picardía, para publicar agresiones en sus redes sociales, que ni siquiera rompieron la burbuja de la extrema derecha. Nos sorprendió positivamente que la prensa burguesa, o prensa corporativa, se haya comportado con honestidad y haya denunciado este maniqueísmo y manipulación que hicieron los diputados de derecha.

 

Edición: Nadini Lopes e Monyse Ravena