El domingo (8), los ojos del mundo se volvieron una vez más hacia Brasilia cuando los bolsonaristas invadieron el Congreso Nacional, el Palacio de Planalto [sede de la presidencia de la república] y el Tribunal Supremo (STF). Las imágenes de los plenos, despachos y obras de arte destruidos ilustraron el terror que asoló la capital federal una semana después de que Luiz Inácio Lula da Silva (Partido de los Trabajadores) jurara su tercer mandato.
Aunque las instituciones de seguridad pública del Distrito Federal no desempeñaron el rol esperado —y, al contrario, fueron cómplices de la barbarie—, la respuesta brasileña, desde las cumbres del poder hasta las calles, fue unánime en defensa de la democracia.
24 horas después del ocurrido, el presidente Lula da Silva se reunió con los 27 gobernadores, presidentes de la Cámara y del Senado, miembros del STF y de la Procuraduría General de la República (PGR) en el Palacio de Planalto y afirmó que las instituciones brasileñas investigarán y localizarán a todos los financiadores de las invasiones bolsonaristas.
“En nombre de la defensa de la democracia, no seremos autoritarios con nadie, pero tampoco tibios con nadie. Investigaremos y llegaremos hasta quienes los financiaron”, aseguró en un discurso contundente. El presidente también reforzó la defensa del sistema democrático en el país: “No vamos a permitir que la democracia se nos escape de las manos, porque es la única posibilidad que tenemos de garantizar que esta gente humilde pueda comer tres veces al día o tenga derecho a trabajar”.
El presidente fue duro en su discurso sobre la connivencia de los militares. “Todo el mundo aquí sabe cuánta gente fue torturada por no estar de acuerdo con el gobierno militar, y ahora la gente está pidiendo libremente un golpe de Estado frente a los cuarteles y no se ha hecho nada por parte de ningún cuartel, ningún general se ha movido para decir 'esto no puede pasar', 'está prohibido pedir esto', 'no vamos a hacer esto'. Daba la impresión de que había gente a la que le gustaba que el pueblo pidiera un golpe”, declaró.
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Al referirse a quienes siguen movilizándose contra la democracia, Lula recordó que no existe una agenda constructiva. “La gente que estaba en las calles, en las puertas de los cuarteles, no tenía una agenda de reivindicaciones”, dijo Lula. “Estaban en todos los estados a las puertas de los cuarteles reclamando ¿qué? ¿Pretendiendo mejorar la calidad de vida de la gente? ¿Exigir más libertad? ¿Demandas un aumento de sueldo? ¿Exigir la construcción de viviendas? ¿Pretendiendo mejorar la producción agrícola de este país? No, exigían un golpe de estado. Eso era lo único de lo que se oía hablar”, dijo.
Lula también recibió la solidaridad de diferentes bandos por los atentados extremistas que conmocionaron al país el domingo (8). El encuentro tuvo como objetivo demostrar la unidad de todos los poderes en torno a la defensa de la democracia y contrarrestar las invasiones promovidas por partidarios del expresidente Jair Bolsonaro (Partido Liberal), que vandalizaron los edificios del Congreso, el Planalto y el STF.
El petista recibió muestras de apoyo que incluyen nombres alineados al capitán, como es el caso de los gobernadores de São Paulo, Tarcísio de Freitas (Republicanos), y del Distrito Federal, Celina Leão (Partido Progresistas), que sustituye al interino Ibaneis Rocha (Movimiento Democrático Brasileño).
Caminata por la Plaza de los Tres Poderes
Tras la reunión, Lula invitó a todos los participantes a caminar por la Plaza de los Tres Poderes hasta el edificio del Tribunal Supremo. El objetivo era que todo el mundo viera en persona la destrucción causada por los golpistas el domingo.
Al final de la visita al STF, Lula dijo que todo el mundo está decepcionado con los acontecimientos del domingo (8). “Esta plaza es un símbolo de Brasilia, un símbolo de nuestro sistema de gobierno y todos estamos decepcionados, frustrados, por no decir muy enfadados con lo que ocurrió aquí. No nos rendiremos hasta que averigüemos quién es el responsable de financiar todo lo que ha ocurrido en este país”.
“No a la amnistía”
Mientras la cumbre del poder se reunía en Brasilia, los manifestantes salieron a las calles de todo Brasil y del extranjero en defensa de la democracia y contra el ataque bolsonarista. El lema que más se escuchó fue “no a la amnistía”. La demanda pasa, en particular, por responsabilizar al expresidente Bolsonaro por los crímenes cometidos durante su mandato. Este mandato cuyos dos últimos días ha pasado en Estados Unidos, donde permanece desde que dejó de tener un foro privilegiado.
La reivindicación, ya expresada con fuerza por la multitud que asistió a la toma de posesión del presidente Lula, adquiere ahora nuevos contornos, con la exigencia de que se responsabilice a los participantes en la trama golpista y, en especial, a sus financiadores, patrocinadores y autoridades estatales coludidas. Entre ellos, el gobernador del Distrito Federal, Ibaneis Rocha, destituido por 90 días por el STF, y su exonerado secretario de Seguridad, Anderson Torres.
En la Avenida Paulista, una de las principales direcciones de São Paulo, se congregaron miles de personas, convocadas por los frentes Povo Sem Medo y Brasil Popular y por la Coalición Negra por los Derechos. Alrededor de las 20.00 horas, las cerca de 60.000 personas comenzaron a caminar hacia el centro de la ciudad, acompañadas de proyecciones en los edificios con frases como “no a la amnistía” y “atrás fascistas”.
“Ya hemos derrocado a Bolsonaro en las urnas, derroquemos al bolsonarismo en las calles”, dijo un miembro de Uneafro. En el auto sonoro frente al MASP, adornado, entre otros, con una gran bandera del Dr. Sócrates Brasileiro, parlamentarios como Eduardo Suplicy (PT), Guilherme Boulos (PSOL) y Carolina Iara (PSOL) y activistas de movimientos como el MST, el MTST [Movimiento de los Trabajadores Sin Techo], el Movimiento Negro Unificado y Unión del Pueblo Negro por la Igualdad se turnaron para hablar contra el intento de golpe y reafirmar la legitimidad de la decisión de las urnas que eligió al nuevo gobierno del PT.
Además de Brasil, se celebraron actos en Argentina, Alemania, Reino Unido, Francia, Suiza, España, Italia, Irlanda, Canadá, México y Estados Unidos.
“A partir de ahora entramos en movilización permanente. Mañana por la tarde tendremos actos en defensa de la democracia y contra los criminales en varios lugares de Brasil. Además de la ofensiva judicial y policial tenemos la ofensiva popular”, declaró la presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffmann.
Edición: Thales Schmidt