Las recientes victorias de candidatos progresistas en las elecciones presidenciales de varios países sudamericanos han reabierto el debate sobre nuevos mecanismos de integración regional. Las señales de presidentes como el colombiano Gustavo Petro y el recién electo Luiz Inácio Lula da Silva sobre la urgencia de defender la Amazonía y combatir el cambio climático indican que la agenda ambiental debe ser clave en las relaciones bilaterales entre los gobiernos sudamericanos.
Además, las propuestas realizadas por Petro, Lula y el presidente venezolano Nicolás Maduro durante la COP27, que se llevó a cabo en noviembre en Egipto, señalaron que Venezuela debe ser parte de estos esfuerzos ambientales, ya que los tres acordaron convocar una cumbre sudamericana entre todos los países que tienen partes de la selva amazónica en sus territorios.
En una entrevista con Brasil de Fato, Giorgio Romano, profesor de Relaciones Internacionales y miembro del Observatorio de Política Exterior de la Universidad Federal del ABC, en Brasil, afirmó que la postura adoptada por los presidentes durante la conferencia climática en Egipto marcó la pauta de la importancia que se le dará a la agenda ambiental.
"La agenda ambiental tiende a ser el buque insignia de un nuevo intento de integración sudamericana, pero el eje no sería precisamente el comercio, sino el tema ambiental, incluyendo las cuestiones socioeconómicas y tecnológicas relacionadas a él. Más que una prioridad, es una oportunidad", dijo.
La urgencia del tema debe ser uno de los motores que impulsarán la agilidad en las discusiones sobre preservación ambiental en Sudamérica. Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), la tasa de deforestación en la Amazonía aumentó un 73% en los primeros tres años del mandato del actual presidente, Jair Bolsonaro.
"El mundo necesita líderes en esta área y está viendo este liderazgo en Lula, en gran parte por el gobierno que hizo y por el contraste con el gobierno actual, y la región sudamericana se puede beneficiar de eso", dijo Romano.
El profesor además destacó la importancia de convocar una cumbre de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), una propuesta respaldada por Petro, Lula y Maduro. "Son ocho países miembros, entre ellos Perú, Ecuador, Surinam, pero la participación de Colombia es muy importante y, por supuesto, con la reintegración de Venezuela se puede ayudar a normalizar las relaciones con el país", dijo.
Reintegrar Venezuela
Excluida de varios espacios de cooperación regional en los últimos años cuando los vecinos eran gobernados por la derecha, Venezuela ve en el regreso de presidentes progresistas una posibilidad para recuperar el protagonismo diplomático en la región y distanciarse aún más de la crisis económica y política.
Romano opina que la situación política actual en América del Sur también deberá ser beneficiosa para que Venezuela negocie el fin del bloqueo de Estados Unidos, porque "integrado a América del Sur, el país debería tener más poder de negociación". Además, agrega el profesor, la participación del país en organismos regionales daría más seguridad a los norteamericanos en las negociaciones.
"El propio [Joe] Biden y los europeos también se están acercando a Venezuela y olvidándose de [el exdiputado Juan] Guaidó, por lo que el próximo paso debe ser la eliminación de las sanciones", afirmó.
Desde principios de año, el gobierno de EE. UU. ha enviado una delegación a Venezuela en dos ocasiones para discutir directamente con el gobierno de Maduro soluciones para un posible retorno del suministro energético, completamente interrumpido por las sanciones impuestas por Donald Trump en 2019.
Además, durante la COP27, Maduro llegó a reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el primer ministro portugués, Antonio Costa, lo que indica una relajación en las relaciones del país con Europa. Los guiños de Occidente a Venezuela se dan en medio de una emergencia de combustible provocada por la guerra en Ucrania, un contexto en el que las reservas venezolanas podrían significar un alivio para los mercados europeo y estadounidense.
"Pero no es solo la cuestión del petróleo", aseguró Romano. Según el profesor, "la cuestión, para Estados Unidos, es no perder del todo el barco de la historia, porque hoy existe una alternativa, que es China. Entonces, si Washington no reinventa una política de buena vecindad, los países latinoamericanos ya no estarán de rodillas pidiéndole 'por favor'".
El profesor también cree que el próximo gobierno de Lula podría desempeñar un rol para acercar a Caracas y Washington, "no bajo los focos, pero quizás entre bastidores, hablando con el gobierno de Biden sobre posibles cooperaciones constructivas con América del Sur y desincentivando el camino de las sanciones y divisiones".
Venezuela y la política energética
Con la posibilidad de reincorporarse y considerada pieza fundamental para avanzar en la efectividad de las políticas en defensa de la Amazonía, Venezuela se muestra optimista sobre la prioridad que se le dará a la agenda ambiental. Además de participar personalmente en la COP27 en Egipto, Maduro ya había mencionado la necesidad de dialogar sobre el tema durante una reunión con Petro en Caracas.
"Se acabó el tiempo de los discursos y también de los lamentos; solo existe un presente para actuar de manera radical y central a favor de otro mundo posible", dijo el mandatario en su discurso durante la cumbre del clima.
Para Charles Giuseppi, quien dirige la sección de medio ambiente y cambio climático del Ministerio de Petróleo de Venezuela, el país, sin embargo, debe preservar su soberanía y enfrentar con cautela posibles compromisos que pongan trabas a su industria energética, su principal fuente de ingresos.
"Más allá de nuestra vocación integradora, tenemos que considerar que cada país deberá ajustar su política ambiental en función de sus propias necesidades estratégicas. Desde el punto de vista de los desafíos que tiene cada gobierno, tendrán que calcular cuánto pueden ceder a ese pacto, sabiendo que eso afecta la estrategia de desarrollo de cada Estado", dijo a Brasil de Fato.
El especialista, sin embargo, ve que existen brechas para llegar a acuerdos que respeten las especificidades económicas de cada país, sobre todo si los diálogos se dan al interior de instituciones como la Unasur y la Celac.
"Está la necesidad de seguir con las alianzas que se hicieron en la primera era de Lula, Néstor [Kirchner] y [Hugo] Chávez, con la Celac y la Unasur, pero ahora con el componente ambiental, porque es un imperativo de acción, solo que se debe tomar en cuenta las diferencias entre centro y periferia, entre países desarrollados y subdesarrollados que, además, son productores de petróleo", dijo.
Edición: Arturo Hartmann