Los indígenas disputan la votación de 2022 con el mayor número de candidaturas propias desde que existen elecciones en Brasil y una coordinación sin precedentes. En 2014, 85 candidatos registrados ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) se declararon indígenas. Ahora, con un salto del 119%, son 186.
Entre ellos, 30 tienen el apoyo de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (APIB) a través de la Campaña Indígena 2022, un proyecto para, en palabras del movimiento, "aldear la política". Con 12 nombres compitiendo por puestos en la Cámara de Diputados y 18 en las cámaras legislativas de los estados, las candidaturas difundidas y respaldadas legalmente por la APIB abarcan 31 pueblos y las cinco regiones del país.
Según la articulación, los 30 nombres fueron indicaciones de cada una de las siete organizaciones regionales que componen la APIB. Se trata de la Coordinación de Organizaciones Indígenas de la Amazonía Brasileña (COIAB), el Consejo del Pueblo Terena, la Articulación de los Pueblos Indígenas del Nordeste, Minas Gerais y Espírito Santo (APOINME), la Aty Guasu (Gran Asamblea del Pueblo Guaraní) , la Comisión Guaraní Yvyrupa (CGY), la Articulación de los Pueblos Indígenas del Sudeste (ARPIN Sudeste) y la Articulación de los Pueblos Indígenas de la Región Sur (ARPIN Sur).
"La bancada indígena tendrá el deber de expulsar de los territorios al 'ganado', la minería y los madereros", informó APIB sobre las banderas comunes levantadas por los postulantes. "Retomar las políticas de protección ambiental y retomar la FUNAI -que se ha convertido en un organismo antiindígena en manos de militares fascistas-, retomar las demarcaciones territoriales y derribar la mentira del [proyecto] Marco Temporal", dice.
Reacción al "paquete de destrucción"
El principal "ganado" que se pretende frenar en el Congreso Nacional, actualmente dominado por el agronegocio, es el llamado "paquete de destrucción". Compuesto por un conjunto de Proyectos de Ley (PL) que están en curso, sus apodos explican lo que pretenden. Son el "PL del Acaparamiento" (2633/2020), que puede regular el robo de 19,6 millones de hectáreas de tierras públicas; el "PL de las Licencias Ambientales" (3729/2004), que flexibiliza la autorización de obras que impacten a las comunidades tradicionales; el "PL del Marco Temporal" (490/2007), que afecta la demarcación de tierras indígenas; y el "PL de la Minería" (191/2020), que prevé la exploración de minerales, centrales hidroeléctricas y actividades similares dentro de los territorios indígenas.
"En ningún momento la vida de los pueblos indígenas ha sido fácil. Tenemos enfrentamientos durante los gobiernos de izquierda, derecha y extrema derecha. El caso es que ahora, durante el gobierno fascista que estamos viviendo, se hizo más latente la necesidad de estar en estos espacios", enfatiza Kleber Karipuna, coordinador ejecutivo de APIB.
Para él, la decisión de competir por cargos dentro del aparato estatal tiene que ver con un proceso reactivo, pero también con el objetivo de tener, "sobre todo en el Legislativo, representaciones legítimas del movimiento indígena".
El punto de giro en 2017
El primer representante de un pueblo originario en ocupar un cargo institucional, según los registros del movimiento indígena, fue Manoel dos Santos, Seu Coco, del pueblo karipuna. En 1969 fue elegido concejal de la ciudad de Oiapoque (Amapá). En 1976, el cacique Angelo Kretã, del pueblo kaingang, logró un puesto en la Cámara Municipal de Mangueirinha (Paraná).
Mário Juruna, del pueblo xavante, de la ciudad de Barra do Garças, fue el primer indígena en ser elegido para la Cámara de Diputados, en 1983. La hazaña solo se repetiría en 2018, con Joênia Wapichana, quien fue la primera mujer indígena en ser diputada federal.
Después de la dictadura militar, los indígenas participaron activamente en la elaboración de la Constitución Federal en 1987 y 1988, como lo ilustra el notable discurso del entonces joven Ailton Krenak. Con un traje blanco y pintándose la cara de negro con pasta de genipa, Krenak se dirigió a la asamblea constituyente en defensa de la Enmienda Popular de la Unión de Naciones Indígenas. En 1996, João Neves, del pueblo Gallibi Marworno, fue elegido alcalde de Oiapoque y, desde entonces, el número de representantes no ha hecho más que crecer.
Sin embargo, en 2017, durante el Acampe Tierra Libre (ATL), una movilización anual en Brasilia, hubo un punto de inflexión. Si antes los cargos institucionales los ocupaban puntualmente líderes indígenas, el lanzamiento de una carta titulada "Por un parlamento más indígena" expresó la decisión política de la APIB de dedicar peso y organización nacional a la disputa electoral.
"Esta acción coordinada demuestra esa necesidad -no es tanto un deseo, sino una necesidad extrema- de que estemos cada vez más insertos en estos espacios de decisión sobre el rumbo del país", dice Kleber Karipuna.
Al año siguiente, en 2018, otra coordinadora de APIB, Sonia Guajajara, se postuló a la vicepresidencia del país por el Partido Socialismo y Libertad, junto a Guilherme Boulos. Además de ella, en las elecciones de ese año participaron otros 129 indígenas.
En 2020 nace el proyecto Campaña Indígena para incentivar las candidaturas de los pueblos originarios en las elecciones municipales. En este año 2022, la iniciativa gana más fuerza.
"Y es un proyecto de mediano y largo plazo, ya estamos pensando en las elecciones municipales de 2024 y las de 2026", dice. "También concluímos que el formato de los partidos que existen, sean de derecha o de izquierda, no nos contempla del todo. Este es un debate que tenemos que hacer internamente, como movimiento, para encontrar el mejor camino", dice Kleber Karipuna.
La bancada del tocado
APIB, que defiende la formación de la "bancada del tocado", tiene una expectativa optimista para esta elección. Además de la reelección de Joênia Wapichana (Rede) como diputada federal por Roraima, Kleber Karipuna afirma que el cálculo es que al menos uno de los otros 11 nombres impulsados por APIB logrará un puesto en el Congreso Nacional. Además, el movimiento espera elegir representantes para las asambleas legislativas de los estados.
"Tenemos mucha esperanza de que, con lo que estamos invirtiendo en esfuerzos políticos y de articulación, tanto dentro del movimiento indígena como fuera, logremos un resultado positivo en esta elección", analiza Kleber.
Edición: Thalita Pires e Flávia Chacon