Los pocos hombres de la Fuerza Nacional asignados por el gobierno federal para proteger la vida de los agentes de la Fundación Nacional del Indígena (Funai) en la Tierra Indígena (TI) Vale do Javari, en Atalaia do Norte (Amazonas, Brasil), aún no logran proteger a sus trabajadores más vulnerables. La razón es la falta de embarcaciones y armamento adecuado.
Los agentes no cuentan con armas de grueso calibre ni lanchas para trasladar los equipos a las bases de protección, en una región donde los ríos son el principal medio de transporte. La información fue reportada a Brasil de Fato por personas que pidieron anonimato.
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Las embarcaciones deben estar blindadas contra disparos, en función de la potencia de fuego de los narcotraficantes que operan en la zona. La Funai local tiene barcos con motores poco potentes y sin blindaje. Poco ágiles, los vehículos disponibles no son aptos para perseguir embarcaciones clandestinas o realizar flagrantes y detenciones.
Los funcionarios de la región aseguran que la plantilla total es de ocho hombres, un número insuficiente para trabajar en las cinco bases de la Funai distribuidas en zonas apartadas. La Funai local y la Fuerza Nacional estiman que se necesitarían al menos 20 agentes para atender la demanda.
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El 11 de julio, miembros de la Funai y de la Fuerza Nacional que se encuentran en Atalaia do Norte solicitaron el envío de más hombres, armas y embarcaciones. Hasta el momento la solicitud no ha sido concedida.
Desprotegidos, los funcionarios de la Funai, muchos de ellos indígenas, viven a punto de convertirse en los próximos blancos. Brasil de Fato encontró que los funcionarios de las bases de protección recibieron instrucciones de reducir la fiscalización para evitar enfrentamientos.
Se suspende el patrullaje en áreas cruciales
Agentes de la Fuerza Nacional enviados tras el doble asesinato del indigenista Bruno Pereira y el periodista británico Dom Phillips lograron patrullar solo la sede de la agencia indigenista en la ciudad de Atalaia do Norte. Sus viajes a los puntos más críticos de la Tierra Indígena Vale do Javari fueron suspendidos por falta de personal y equipo.
De las cinco Bases de Protección Etnoambiental (BAPE) de la Funai en la Tierra Indígena Vale do Javari, la única con presencia permanente de la Fuerza Nacional está en los ríos Ituí e Itaquaí, donde fueron asesinados Pereira y Phillips.
En la BAPE Ituí/Itaquaí, sin embargo, el personal actual no fue enviado debido a la muerte de Bruno y Dom. Los dos hombres de la Fuerza Nacional que refuerzan la patrulla se encuentran allí desde 2019, en respuesta a una secuencia de ataques a tiros contra la instalación.
Las BAPE son los puntos más vulnerables a la violencia. Por ellos transitan regularmente embarcaciones que transportan toneladas de carne y pescado extraídas ilegalmente de la Tierra Indígena, muchas veces escoltadas por hombres fuertemente armados que reaccionan contra la fiscalización.
Funcionarios e indígenas expuestos a la violencia
Los funcionarios que trabajan en las BAPE son en su mayoría trabajadores temporales y pertenecen a los pueblos indígenas de la región. No han recibido capacitación profesional para trabajar bajo riesgo de muerte, ni están autorizados a portar armas.
En la región de la BAPE del río Curuçá, las invasiones han aumentado desde la muerte de Bruno y Dom. Los funcionarios reportaron a la Fuerza Nacional un tránsito más frecuente de embarcaciones clandestinas ocupadas por personas fuertemente armadas.
Otra base que sigue desprotegida es la del río Jandiatuba. En la última semana, los funcionarios que trabajaban en el sitio fueron intimidados por dos mineros armados mientras trabajaban. Nadie fue herido.
La Unión de los Pueblos Indígenas del Vale do Javari (Univaja) afirma que la función principal de la base de Jandiatuba es garantizar la integridad física y territorial de los grupos indígenas aislados que viven en los ríos Jandiatuba y Jutaí.
"Desde Univaja lo que hemos visto hasta ahora es un juego de tira y afloja entre instituciones en el que una transfiere la responsabilidad a la otra. Mientras tanto, no hay una planificación seria para combatir los delitos que ocurren en Vale do Javari", dijo la organización indígena en un comunicado.
Brasil de Fato preguntó al Ministerio de Justicia cuándo se pretende enviar más equipo a la región y, a Funai, qué medidas se están tomando para mejorar la infraestructura de la unidad local. En el caso de que envíen una respuesta, la publicación se actualizará.
Edición: Flávia Chacon