Con el posible fin de la búsqueda por Dom Phillips y Bruno Pereira, luego de que la Policía Federal (PF) brasileña localizara lo que podrían ser sus cuerpos, crece el sentimiento de inseguridad entre los líderes indígenas que luchan por la defensa de sus territorios, como es el caso de los pueblos indígenas de Vale do Javari, en el estado de Amazonas. Fue en esta región donde el 5 de junio desaparecieron el indigenista de la Fundación Nacional del Indígenas (Funai) y el periodista británico.
"El impacto que tienen estas muertes en nuestros territorios es inmenso", señaló Telma Taurepang, representante del pueblo Taurepang de Roraima. "Nuestros compañeros están siendo muertos, asesinados y torturados por la codicia del hombre blanco contra la vida de los pueblos indígenas y el derecho a la tierra", agregó la coordinadora de la Unión de Mujeres Indígenas de la Amazonía Brasileña (Umiab) y pre candidata a diputada federal.
En su opinión, es fundamental que las investigaciones identifiquen quién dio la orden y quiénes están involucrados en todas las etapas del crimen. Solo así la sensación de impunidad no contribuirá a derramar aún más sangre en territorios de conflicto. "Es necesario penalizar a todos aquellos que piensan que la vida de los pueblos indígenas no es importante", dijo.
"Los pueblos indígenas tenemos hoy una bandera de lucha: ¿quién mandó matar a Bruno Pereira y a Dom Phillips? Necesitamos saber", dijo. La lideresa destacó: "Ellos dieron su propia vida para solucionar la violencia que sufren los pueblos indígenas y nuestras tierras".
Impacto en el movimiento indígena de Mato Grosso do Sul
En el estado de Mato Grosso do Sul, Alberto Terena cree que el gobierno de Jair Bolsonaro es parcialmente responsable de la "crueldad" contra los indígenas y sus aliados. "El gobierno actual incentiva el avance de la minería ilegal en tierras indígenas. La explotación territorial y el agronegocio [en estas tierras] han incitado a la gente a cometer estos delitos", analizó el coordinador del Consejo Terena y miembro de la dirección de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib).
Al igual que Telma Taurepang, este líder de Mato Grosso do Sul afirmó que la prioridad debe ser no solo encontrar a las personas que ordenaron los crímenes contra Bruno y Dom, sino también impedir que las facciones y los delincuentes ambientales sigan dominando el Vale do Javari. "Instamos a los organismos internacionales y a los gobiernos a seguir de cerca, presionando al gobierno para que estos crímenes se desentrañen lo antes posible".
Las diferencias regionales no impiden la solidaridad, dice líder de Paraná
Más al sur, en el estado de Paraná, Marciano Rodrigues Guarani garantizó que el impacto de los asesinatos alcanza a los movimientos indígenas de todo Brasil, ya que en los últimos años las organizaciones de los pueblos indígenas, aunque distantes en los territorios, han fortalecido sus vínculos.
"En las diferentes regiones hay cuestiones territoriales y ambientales que son distintas de las de la Amazonía. Pero esto no nos hace indiferentes a su situación, todo lo contrario", ponderó el líder.
Funcionarios de las unidades de la Funai en Paraná, por ejemplo, sufren amenazas de delincuentes ambientales, al igual que Bruno Pereira, quien se tomó una licencia del organismo indígena por no haber tenido apoyo en las acciones de protección en Javari.
"Hay funcionarios que han tenido que mudarse a otra ciudad. En el oeste de Paraná, tenemos casos de personas tanto de la salud indígena como de la Funai, que siempre están bajo tensión, temerosos de las situaciones que suceden. Raramente aparecen en público y muchas veces tienen que pedir que los trasladen a otras oficinas para proteger a sus familias, por el riesgo", detalló.
Una cuestión de respeto a las familias
El cacique Almir Suruí, líder del pueblo Suruí en Rondônia, ha enfrentado varias amenazas de muerte. Y se suma a los pedidos de que profundicen las investigaciones. "Si el gobierno se queda callado ante los que matan a ambientalistas, comunicadores sociales o periodistas, quedarán impunes. ¿Y cómo quedan los demás [defensores de los territorios indígenas] que están amenazados?".
Suruí cree que aclarar de forma definitiva lo sucedido a Dom Phillips y a Bruno Pereira es también una cuestión de respeto a las familias de las víctimas. "Entonces, nuestra mayor solidaridad con estas familias, y también hay que buscar a los que ordenaron matarlos, a los que los mataron, incluso para proteger a otros activistas y líderes que están amenazados en la Amazonía", concluyó.
La Policía Federal informó haber encontrado los cuerpos que podrían pertenecer al periodista británico Dom Phillips y al indigenista de la Funai Bruno Pereira el miércoles 15, diez días después de que ambos desaparecieron mientras navegaban por el río Itaquaí, cerca de la Tierra Indígena Vale do Javari, en el oeste de Amazonas.
Según la policía, los cuerpos fueron enterrados en medio de la selva, en la región de Atalaia do Norte. El lugar fue indicado por dos pescadores detenidos bajo sospecha de participación en el crimen, los hermanos Amarildo da Costa Oliveira, conocido como "Pelado", y Oseney da Costa de Oliveira, conocido como "Dos Santos", detenidos el martes 14 por el grupo de trabajo que investiga el caso.
Edición: Vivian Virissimo