Con argumentos humanitarios y resoluciones políticas, el debate sobre la liberación temporal de patentes de las vacunas contra la COVID-19 avanza en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las grandes potencias se oponen en la mesa de debate, que tuvo un nuevo capítulo el 5 de mayo, ya que Estados Unidos modificó su posición e intentando recuperar el protagonismo mundial, se cambió de bando para defender la suspensión de la propiedad intelectual de los medicamentos capaces de combatir la pandemia.
"Hay muchos factores a tener en cuenta en esta batalla, pero sabemos que uno de ellos es el político", dice Mariana Socal, neuróloga e investigadora de la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos, una de las universidades más respetadas del mundo en materia de medicina.
Estados Unidos, históricamente un firme defensor de la propiedad intelectual y uno de los países que más patentes posee en el mundo, justificó su nueva opinión afirmando que se trata de "una situación extrema que requiere medidas extremas".
La propuesta que está en juego no es la liberación total de las patentes, sino una suspensión temporal de los derechos de propiedad intelectual de las vacunas utilizadas para el control de la pandemia. La medida forma parte de una estrategia para acelerar la inmunización mundial, ya que las empresas farmacéuticas que tienen las patentes no podrían producir vacunas en la escala necesaria.
A continuación, vea el reportaje en video de la corresponsal de Brasil de Fato en Estados Unidos, Eloá Orazem.
Edición: Vinícius Segalla