EN MEMORIA

Hace 24 años, Brasil y el mundo perdían a Paulo Freire

El legado del educador brasileño enseñó al mundo a leerse a sí mismo y mantiene su relevancia siempre presente

Brasil de Fato | São Paulo (SP) |
Freire dedicó sus 75 años de vida a la construcción de métodos innovadores de educación, con foco en la transformación social - Escuela de Gestión Socioeducativa Paulo Freire – Rio de Janeiro

Este domingo 2 se cumplen 24 años de la muerte del filósofo y educador Paulo Freire, quien fue víctima de un infarto de miocardio el 2 de mayo de 1997. Fueron 75 años de vida, la mayor parte de los cuales dedicados a la creación de métodos innovadores de educación con enfoque en la transformación social. Esta militancia hizo que la imagen del hombre de barba blanca y gafas redondas, así como su obra, fueran reconocidas internacionalmente.

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El brasileño más homenajeado de la historia, autor de casi 40 obras y ganador de decenas de títulos de doctor honoris causa de universidades de Europa y las Américas. En 1986, recibió el premio UNESCO Educación para la Paz. 

El modelo de Paulo Freire, patrono de la educación brasileña, se utiliza en todo el mundo, y se basa en el principio de la humanización de la enseñanza y el reconocimiento de la historia y la cultura del estudiante, que, junto con el docente, comienza a construir el proceso de aprendizaje. Una educación horizontal, donde todos enseñan y aprenden.

Las primeras experiencias de Paulo Freire con la educación popular tuvieron lugar en Pernambuco, estado de la región nordeste de Brasil, en 1961, cuando era director del Departamento de Extensión Cultural de la Universidad de Recife. Con su método pedagógico, que genera una conciencia crítica y organizativa, Paulo Freire y su equipo lograron alfabetizar a 300 cortadores de caña en 45 días. Décadas más tarde, este método se convirtió en una importante herramienta de organización para el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST).

“El MST asumió la defensa de la educación popular como legado de los trabajadores en la formación política de la clase [obrera], tomándola como instrumento de lucha en la perspectiva de la formación humana”, señaló Rubneuza Leandro de Souza, representante del sector educativo del Movimiento.

En 1964, meses después de iniciada la implementación del Programa Nacional de Alfabetización, el golpe militar puso fin a este esfuerzo y Freire fue encarcelado por traidor durante 70 días. Luego pasó por un breve exilio en Bolivia y trabajó en Chile, durante cinco años, para el Movimiento de Reforma Agraria de la Democracia Cristiana y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

En 1967, durante el exilio chileno, publicó su primer libro en Brasil, La educación como práctica de la libertad. En 1969, Paulo Freire enseñó en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. Además, durante diez años, fue consultor especial del Departamento de Educación del Consejo Municipal de Iglesias, en Ginebra, Suiza.

Aún durante la dictadura brasileña, pero ya en etapa de amnistía a los exiliados, en 1980, Freire regresó a Brasil y comenzó a vivir en la ciudad de São Paulo. Fue profesor en diferentes universidades y se desempeñó como Secretario de Educación de la Municipalidad de São Paulo, en la administración de la alcaldesa de izquierda Luiza Erundina.

Para el profesor de la Universidad de Brasilia (UNB) Venício Artur de Lima las contribuciones de Freire “son parte de la historia de los oprimidos, los excluidos en Brasil”.

*Con información de noticias publicadas en el diario Brasil de Fato por Lu Sudré y Juca Guimarães.

Edición: Daniel Giovanaz