Desde el inicio de la pandemia, el gobierno nacional de Argentina y las fuerzas de oposición que gobiernan la capital federal, en general, han dialogado de manera efectiva respecto a las medidas políticas para contener el coronavirus.
Sin embargo, con la respuesta a las críticas manifestaciones policiales en Buenos Aires, el presidente Alberto Fernández (Frente de Todos) decidió retomar el punto extra de fondos de coparticipación de la capital federal. Así, provocó un conflicto inevitable con el jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta (PRO). La reacción no tardó: con proyección nacional, Larreta señaló la medida como inconstitucional y se posicionó como una figura de diálogo. "No seré yo el que irá agrandar la grieta, jamás", enfatizó. Finalmente, Larreta presentó el caso ante la Corte Suprema el último viernes (18).
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Otorgado, en su momento, por el ex presidente Mauricio Macri (PRO), el punto consiste en alrededor de $30 mil millones de pesos, que serían transferidos a la provincia de Buenos Aires. De esta manera, el gobierno de la provincia podría llevar a cabo el ambicioso proyecto de ampliación y reajuste salarial de la policía bonaerense.
En una conversación entre Larreta y el presidente, revelada por Página 12, Fernández volvió a enfatizar que el punto extra otorgado a la capital no correspondía, y que Larreta puede "meterse en un lío, porque pueden rechazar la demanda", lo que provocaría un reclamo de las otras provincias por el excedente brindado a la capital. Ese diálogo también expone cómo Larreta parece querer seguir cercano al gobierno, con una postura de pacificador. Él habría dicho, en ese momento, que mantendría su decisión de judicializar la eliminación de fondos porque "podría faltar a los deberes de funcionario si no lo hacía".
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Internas y desacuerdos en el macrismo
Si la proyección trajo a Larreta al centro del escenario, por otro, amplía las disputas dentro del propio partido fundado por Macri, que todavía se equilibra en el liderazgo tras perder la reelección. "Sin dudas, ese anuncio fue el lanzamiento de la campaña de Horacio Larreta", elavua la politóloga María Esperanza Casullo. "El problema que tiene, ahora, es su relación con Macri."
Al día siguiente al anuncio de Larreta, Macri publicó una carta en el diario La Nación, repudiando la medida de Fernández. Además del llamado al duelo entre "buenos" y "malos", al utilizar adjetivos tales como "luz" y "oscuridad" al referirse a las diferentes posturas políticas, la carta fue una apuesta por reafirmación de espacio, frente a la gran proyección que tuvo Larreta en la noche anterior.
El nuevo escenario afirma a Larreta definitivamente como figura central en la oposición al oficialismo, representada, hoy, por el macrismo y la coalición de derecha Juntos por el Cambio. Por un lado, podría ser una medida inevitable por parte del presidente, frente a una crisis con repercusión internacional con la protesta de policías armados –y que alarmó a la sociedad por referencias similares y recientes que culminaron el golpes en América Latina–, por otro, sería una decisión consciente que, como apunta Casullo, sería el primer conflicto determinado por el gobierno Fernández.
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"En América Latina, es casi imposible gobernar sin conflicto. La cuestión es si sos quien elige el conflicto, y con relación a quién, o si los recibe pasivamente", afirma. En este sentido, la primera postura no solamente reactiva a la oposición, el gobierno actual también estableció la agenda. Inmediatamente tras anunciar la recuperación de punto extra de coparticipación de la capital, lo que parecía ser una gran crisis política protagonizada por los policías salió completamente de foco y las manifestaciones pronto se dispersaron.
Para entender la coparticipación
Para el abogado y secretario de la Comisión Provincial por la Memoria, judicializar la decisión de recorte en la coparticipación de la capital federal era la única salida de Larreta. "Es algo común en Argentina: recurrir a la justicia cada vez que alguna provincia se ve afectada en la coparticipación. Era lo que él tenía que hacer, incluso políticamente", señala. "Pero la transferencia de fondos para la provincia es un reclamo justo, por ser la mayor y acumular gran parte de la población del país."
La base porcentual de la coparticipación fue establecida en 1988 por una ley prácticamente intocable, por tener como requisito el acuerdo entre todas las provincias con las nuevas distribuciones. El Estado Nacional recibe las recaudaciones de impuestos federales de cada provincia y las distribuye a través del porcentaje firmado por la coparticipación, según la población y la contribución de cada provincia.
"Por la imposibilidad de modificar esa distribución, los gobiernos vigentes adoptan diferentes estrategias para redistribuir los fondos de acuerdo a las necesidades y a intereses políticos, también", concluye Cipiriano. Por ello, se reajusta a través de decretos desde su creación, pero esencialmente no corresponde a los grandes cambios que atravesaron muchas provincias, como la propia Buenos Aires, que según Casullo, es la más castigada en la distribución nacional de fondos. "Alrededor del 40% de los habitantes de Argentina están en Buenos Aires. Al mismo tiempo, las provincias que reciben más no tienen interés en la reformulación de la ley. Nadie quiere salir perdiendo."
Perspectivas
Establecido un nuevo escenario político, cabe acompañar cómo se desarrollará un contexto de aparente ruptura entre la capital federal y el gobierno. Puede parecer demasiado temprano para pensar en las elecciones de 2023, sin embargo, se hicieron movimientos importantes en el tablero político en los últimos días.
Uno de los destacables involucra a la ex ministra de Seguridad del macrismo y presidenta del PRO, Patricia Bullrich, que en entrevista hace pocos días, afirmó: "Somos vistos por la sociedad como una posible sustitución de este gobierno para las elecciones de 2021." Considerando que el próximo año tienen lugar elecciones legislativas, y no presidenciales, una interpretación clasifica la afirmación de Bullrich como "golpista".
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Esta lectura hace eco de la alarma con la cual fueron recibidas las protestas policiales en Buenos Aires. A partir de brechas como lo dicho por la ex ministra, Casullo evalúa una posible turbulencia social y política prolongada. "Suena preocupante, poniendo en contexto otros países latinoamericanos, por ejemplo lo que sucedió en Bolivia, Ecuador y Brasil. Es un momento en que debemos redoblar el compromiso con las reglas del juego de la democracia".
Edición: Pilar Troya
