Argentina será el único país de América Latina en participar en las pruebas para la vacuna contra el nuevo coronavírus desarrollada en conjunto por los laboratorios Pfizer, con sede en Estados Unidos, y el alemán BioNTech. Esta es una de las 23 posibles vacunas en fase clínica actualmente, registradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En su cuenta de Twitter, el presidente Alberto Fernández festejó el anuncio: "Es un gran desafío y un enorme orgullo para todos”. El Ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, destacó la ventaja de participar en el ensayo clínico de una vacuna: "Podemos tener prioridad en la provisión de las vacunas y recibir transferencia tecnológica para fabricarla". La noticia, inesperada, fue difudida con entusiasmo por los medios argentinos la última semana. Sin embargo, no hay mayores informaciones sobre las condiciones de las pruebas y acuerdos realizados con Argentina.
Dora Corvalán, economista e investigadora de temas relacionados a vacunas del Instituto de Estudios Sociales de la Ciencia y Tecnología (IESCyT) señala la cuestión. “No sabemos bien por qué acá y por qué esa vacuna”, apunta. “La envergadura de la problemática que tenemos acelera la búsqueda por la vacuna, y pone el tema en boga, pero todavía no tenemos muchas respuestas. Lo que me inquieta es pensar qué compromisos se asumen con esas empresas”, indaga la especialista.
CoronARdx, una de las principales posibles vacunas
La prueba en voluntarios ya fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), organismo regulador argentino, y tendrá inicio en agosto, marcando el avance a la fase 2b/3 de la candidata a la vacuna contra la covid-19, nombrada CoronARdx.
El ensayo clínico de Pfizer y de BioNTech utiliza la tecnología mRNA, o RNA mensajero, que consiste en provocar una respuesta inmunológica a través de partículas de los propios genes del vírus (RNA). En teoría, esta tecnología sería más fácilmente reproducible a gran escala, teniendo en cuenta la gran demanda global por la futura vacuna. Las empresas farmacéuticas tuvieron éxito en la fase 1/2 – aplicada en población reducida – al observar la producción de anticuerpos contra el virus en los voluntarios que recibieron el antídoto.
En principio, la nueva fase de pruebas estaría enfocada principalmente en trabajadores de la salud y adultos mayores. En esta fase, la seguridad de la vacuna ya estaría comprobada, siendo, ahora, una cuestión de comprobar su eficacia. La búsqueda por la vacuna contra el virus SARS-CoV-2 aceleró los procesos de pruebas tradicionales, de forma que las etapas de distintas fases se superponen en la carrera mundial de los laboratorios.
¿Por qué Argentina?
El pediatra Fernando Polack será el investigador principal de las pruebas da vacuna en el país con el equipo de la ONG que dirige, la Fundación INFANT. En entrevista al diario Página 12, él afirmó que el presidente Alberto Fernández y el Ministro de Salud, Ginés González García, acompañaron todo el proceso de negociación y la aproximación de la fundación con Pfizer.
Según Polack, y en la opinión del propio presidente Fernández, la elección de Argentina para las pruebas se da por el reconocimiento y por la experiencia científica del país en estudios clínicos y capacidad logística para estudios complejos.
La vacuna como producto
La búsqueda por la vacuna es una carrera billonaria que involucrará el proceso de patente y la inicial priorización en la distribución. El monopolio de la investigación y producción de vacunas por los laboratorios privados pone en jaque la definición de vacuna como bien social, afectando especialmente a países que no poseen industria propia o recursos para cubrir los altos costos de los medicamentos.
“La vacuna entra en el juego de las multinacionales farmacéuticas”, explica Dora Corvalán. “La política de vacunas está globalizada. La vacuna pasó a ser una biomedicina, como tantas otras. Cuando surgen las técnicas de ingeniería genética y la tecnología moderna, la vacuna pasa a ser un producto de interés.”
En ese sentido, las vacunas entran en la cuestión de propiedad intelectual. “Con el monopolio, se establecen presupuestos onerosos, difíciles de ser enfrentados, muchas veces sobre medicamentos que no son nuevos. Renuevan patentes con precios altos, aun cuando no hay costo adicional de investigación ni desarrollo”, explica Corvalán.
La comunidad científica argentina posee gran prestigio y es reconocida internacionalmente. En términos globales, se puede afirmar que el sistema científico del país está alineado con el de países desarrollados, como afirma Corvalán. Sin embargo, la cuestión del monopolio de empresas privadas en términos de técnicas biológicas provocó un corte en los procesos de producción de vacunas, antes presentes en Argentina, por lo menos hasta mediados de 1980.
Algunas investigaciones en respuesta a la covid-19 se realizan en instituciones científicas públicas del país. La Universidad de San Martín, por ejemplo, desarrolló un suero hiperinmune capaz de neutralizar el virus SARS-CoV-2.
:: Casi 40% de los casos de covid-19 en Buenos Aires se concentran en las favelas de la capital ::
La cuarentena en Argentina
Actualmente en la fase 4 en la mayor parte del territorio, Argentina ha sido ejemplo en América Latina en medidas de control de contagios del coronavirus. La fase 4 consiste en una reapertura progresiva de la cuarentena, con permiso del 75% de movilidad social.
Por otro lado, el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) regresó a la fase 1, la más estricta de la cuarentena. Eso sucedió a raíz de flexibilizaciones como carreras en parques en horarios preestablecidos y paseos familiares. Solamente AMBA representa el 97% de los casos de covid-19 detectados en todo el país.
A pesar del retornoa la fase 1 anunciado por el gobierno, no hubo una caída significativa de circulación, lo que se reflejó en un nuevo anuncio el 17 de julio, donde se presentó un nuevo plan de flexibilización progresiva para la región. Incluye el retorno de servicios como peluquería y gastronomía con 50% de la capacidad.
Argentina ya registró 126 mil casos confirmados de covid-19 y más de 2.200 muertes a causa de la enfermedad, según el mapeo de la Universidad Johns Hopkins. El país posee alrededor de 44,5 millones de habitantes, número equivalente al de habitantes del estado de São Paulo, que posee actualmente más de 402 mil casos confirmados y 19.000 muertes en función del nuevo coronavirus.
Edición: Pilar Troya