Nacido la madrugada del 5 de diciembre de 1911 en la ciudad de Salvador, estado de Bahía, al nordeste de Brasil, el ex-guerrillero Carlos Marighella cumpliría 108 años de vida este jueves (5). Para celebrar la fecha, el Sindicato de Abogados de São Paulo hará en su sede, en la Rua da Abolição nº 167, a partir das 19h, la exhibición del documental “Torre das Donzelas”, seguido de un debate con la participación de ex-guerrilleras – entre ellas Cida Costa, que integraba la Alianza Libertadora Nacional (ALN).
Aton Fon Filho, ex-militante de la ALN, y el sociólogo Marcelo Buzzeto participarán en una entrevista en vivo en el Canal Panelaço en YouTube, a las 20h, sobre la memoria y el legado del revolucionario bahiano.
Conocido en la infancia con el apodo “Carlinhos”, Marighella vivió con sus padres y seis hermanos en la Rua Barão do Desterro, en la Baixa dos Sapateiros. Vivió allá hasta ser transferido de Salvador a Rio de Janeiro, en 1936, para actuar en el Partido Comunista Brasileño (PCB).
Su madre, Maria Rita, era hija y nieta de negros haussás, también llamados malês – “esclavos africanos traídos de Sudán y famosos en la historia de las sublevaciones bahianas contra los esclavistas”, como escribió el propio Carlos años más tarde.
Augusto Marighella, su padre, era un obrero italiano de la región de Ferrara, que vino a Brasil influenciado por ideas anarquistas y en busca de mejores condiciones de vida.
Marighella tuvo una vida intensa y, como el mismo decía, “no tuvo tiempo para tener miedo”. El creador y dirigente de la ALN pasó la mayor parte de su vida en la clandestinidad: dejaba claro que el compromiso con los ideales de igualdad y libertad no permitían que el fuera un hombre libre, en medio de gobiernos autoritarios.
El "Negro", como era cariñosamente llamado por sus compañeros, tuvo una vida de “mil rostros”. Viajó por muchos estados brasileños y a varios países para conocer experiencias comunistas, fue diputado constituyente, enfrento cárcel y tortura por lo menos cuatro veces, fue descrito como "enemigo número 1 de la dictadura militar" y fue perseguido hasta su muerte.
Marighella amó, lloró, rio e hizo reir. Marighella luchó y cayó así.
La noche de 4 de noviembre de 1969, una emboscada planeada por el delegado del Departamento de Orden Político y Social (DOPS), Sergio Paranhos Fleury, resultó en el asesinato del revolucionario, con cinco tiros en el pecho, en la Alameda Casa Branca, en São Paulo (SP). Marighella no tuvo tiempo para defenderse. Foi enterrado como indigente y más tarde, los restos mortales fueron transferidos para Salvador, bajo un túmulo creado por el arquitecto Oscar Niemeyer. La imagen tiene la silueta marcada con cinco tiros en el pecho, acompañada de la frase “No tuvo tiempo para tener miedo”.
Edición: Rodrigo Chagas | Traducción: Pilar Troya