Bajo protestas, el Ministerio de Educación brasileño presentó este miércoles (17) en Brasilia, capital del país, el programa “Future-se” que establece la creación de un fondo de R$ 102.000 millones [US$ 27.000 millones] para atraer inversiones privadas en las instituciones de enseñanza superior del país. La propuesta aún será analizada por el Congreso Nacional a través de un proyecto de ley después de una consulta pública realizada por el Ministerio.
La Unión Nacional de Estudiantes (UNE) estuvo presente en la presentación del proyecto y afirmó que la medida no resuelve los problemas inmediatos de recorte presupuestario en la educación superior.
“Algunos rectores hoy no tienen para pagar la luz. Hay que debatir cómo revertir los recortes que realizaron. Nosotros estamos dispuestos a dialogar, pero nos interesa una respuesta inmediata para saber qué va a pasar con los estudiantes que no tienen becas, por ejemplo. Los rectores ya dijeron: ‘cómo vamos a pensar un proyecto futuro si en el presente las universidades no funcionan?’”, criticó el presidente da entidad, Iago Montalvão ante el desconcierto del ministro.
La protesta de la UNE tiene como telón de fondo una crisis en la cartera de Educación, una profundización de los problemas desde el inicio del gobierno de Jair Bolsonaro (PSL). Entre ellos, tuvieron realce en los últimos meses, los recortes del presupuesto de las instituciones de educación superior, el cambio de ministros y una disputa entre diferentes corrientes del gobierno por influencia en el MEC. Como resultado de ese conjunto de factores, la gestión del ministerio ha enfrentado fuerte oposición, con críticas de especialistas, entidades de la sociedad civil y movimientos populares.
Programa
Según el MEC, el programa “Future-se” tendrá múltiples fuentes de inversión para crear el fondo. Serán R$ 50.000 millones (13.286 millones de dólares) del patrimonio de la Unión, R$S 33.000 millones (8.780 millones de dólares) de fondos constitucionales, R$ 17.000 millones (4.520 millones de dólares) de incentivos fiscales y operaciones en efectivo, R$ 1.000 millones de recursos de la cultura (266 millones de dólares) y R$ 700 millones (186 millones de dólares) del uso económico del espacio público y de fondos patrimoniales.
La Ley de Incentivo a la Cultura, aunque haya sido criticada por Bolsonaro durante toda su campaña electoral, está presente en el proyecto como una opción de financiamiento para espacios universitarios como museos y bibliotecas, entre otros.
Desde el punto de vista operacional, el gobierno afirma que las instituciones podrán firmar acuerdos de gestión a través de asociaciones público-privadas; crear fondos patrimoniales, con contribución de empresas y ex alumnos para financiar investigaciones y permitir los llamados derechos de denominación “naming rights” de edificios universitarios, según los cuales una entidad adquiere derechos para poner nombre a un recinto o un evento durante un periodo. La administración del fondo también será privada.
De acuerdo con el ministro de Educación, la propuesta construye una alternativa para generar “libertad, crecimiento, riqueza, desarrollo”.
“Como decía Winston Churchill, si estás atravesando un infierno, no te detengas, sigue andando. Continúa caminando”, completó Weintraub.
Dependencia privada
“Creo que [el programa] crea una dependencia del sector privado muy grande. Crea dos problemas: primero, una irresponsabilidad del Estado con relación al financiamiento, lo que hace que los rectores queden a la deriva para conseguir financiamiento y captación privada, y eso genera otro problema, que son las contrapartidas que usted necesita dar. Una empresa no dona dinero, invierte esperando retribución para optimizar sus ganancias”, argumenta el presidente de la UNE.
El proyecto prevé que la adhesión de las instituciones deberá ser voluntaria. De acuerdo con Weintraub, quien opta por no entrar en el programa quedará limitado a la dinámica presupuestaria del techo de gastos, medida aprobada en 2016, durante el gobierno de Michel Temer (MDB) – que congela el gasto público en educación y otras áreas durante un horizonte de 20 años.
Ejes
El “Future-se” deberá tener como base tres ejes principales: gestión, gobernanza y emprendedurismo; investigación e innovación; e internacionalización.
“El objetivo es poner a Brasil al nivel de otros países”, afirmó Weintraub, añadiendo que el MEC se habría basado en experiencias globales para condensar la propuesta del programa.
"Queremos premiar las buenas prácticas, no creemos en el asistencialismo. Queremos premiar la cultura del esfuerzo, el buen desempeño, por eso estamos lanzando este programa. Queremos permitir que se formen cada vez más talentos y retenerlos [en Brasil]", argumentó Arnaldo Barbosa.
La UNE se muestra preocupada con las referencias utilizadas por las dos autoridades, que, durante la presentación del programa, hicieron diferentes menciones al desempeño de instituciones estadounidenses.
“Un día, jugué futbol y gané una beca en Estados Unidos, entonces, gran parte del programa va en esa dirección”, dijo el ministro, después de afirmar que estaba emocionado al presentar la propuesta.
“Entendemos que [el programa] no es, en un primer momento, una privatización de la universidad, pero sabemos que esas universidades que ellos usan como ejemplo, que son modelo estadounidense, tienen una enorme dependencia del sector privado. En Estados Unidos, aunque las universidades sean públicas, dependen casi exclusivamente del sector privado. La sospecha que tenemos, a priori, es que eso puede abrir un precedente peligroso para la relación de la universidad con la iniciativa privada”, enfatiza Montalvão.
Trámite
De acuerdo con el gobierno, el proyecto de ley que instituye el “Future-se” deberá ser enviado al Poder Legislativo después de cinco semanas de consulta pública. El ministro informó que aguarda un posicionamiento de los rectores respeto al tema.
El programa había sido anunciado públicamente por Weintraub en los últimos días, pero, aunque no había sido detallado, lo que cercó al gobierno de rumores sobre una posible cobranza de mensualidad e intento de privatización de las instituciones. “Privatización está totalmente equivocado. Se trata de una complementación del presupuesto”, dijo el secretario nacional de Educación Superior.
La UNE afirma que va a analizar la propuesta en detalle. La entidad se queja de que los estudiantes no fueron consultados previamente por el ministerio.
“Ellos llegaron con una propuesta lista para los rectores y para toda la comunidad [académica], para decir después que van a hacer una consulta pública. En nuestra opinión, hay que consultar a las entidades, a los especialistas, porque no basta poner una consulta en internet en la que cualquier persona va a tener el mismo peso de opinión. Existen especialistas en este tema”, señala el presidente.
Manifestaciones
La presentación del programa se dio en medio de una protesta popular en las puertas del INEP. Estudiantes de diferentes entidades se agolparon en el lugar para bramar contra la propuesta.
“Tienen que saber que no estamos desentendidos, no estamos durmiendo. Estamos bien despiertos y siguiendo cada uno de los pasos del gobierno de Bolsonaro y del ministro de Educación, que aún no presentaron a la sociedad un proyecto para una educación de calidad”, dijo la estudiante Gabriela Viena, en entrevista con Brasil de Fato.
En la ocasión, los manifestantes divulgaron que preparan, para el 13 de agosto, una nueva movilización nacional contra las medidas del gobierno Bolsonaro en el área de educación.
Edición: João Paulo Soares | Traducción: Luiza Mançano