Personas de todos los colores, formas y rincones del país caminan por el Sindicato de Trabajadores del Metro de São Paulo, en el barrio de Tatuapé. Levantan banderas, arman quioscos, intercambian panfletos, ideas, abrazos y sonrisas. Es un momento de fortalecer la solidaridad, la unidad y una agenda común de acciones para enfrentar as reformas ultraliberales de Jair Bolsonaro y fortalecer la lucha por la libertad del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
El Encuentro Nacional Lula Libre es fruto de un esfuerzo colectivo profundo y consecuencia de una lucha que se inició en el momento en que Lula fue encarcelado injustamente el 7 de abril de 2018. Los presentes son más de mil, de por lo menos 20 estados del país: movimientos populares por tierra y por techo, sindicatos, partidos políticos, lideres indígenas, LGBT, del movimiento negro, periodistas, militantes de base y los más de 300 Comités Lula Libre que se esparcen por todo el país - además de otros veinte en el mundo. También está el foco inicial de la protesta contra la injusticia: la Vigilia Lula Libre, que mantiene la llama de la resistencia frente a la cárcel de la Policía Federal desde hace casi un año.
La bandera de lucha Lula Libre, así como Marielle Vive, se convirtió en una síntesis de muchas voluntades políticas: democracia, igualdad y resistencia. Ella estará presente en la lucha contra el desmantelamiento de las Pensiones y en los próximos pasos de la lucha de la clase trabajadora”, dijo Carla Vitória, secretaria del Comité Nacional Lula Libre.
Según ella, uno de los principales objetivos del Encuentro es promover la organización de Comités Estaduales en el próximo período, así como construir una agenda conjunta de luchas para la Jornada Mundial Lula Libre, que tendrá lugar entre el 7 y el 10 de abril de este año, marcando el aniversario de un año de la prisión del ex presidente.
Nuestra lucha es por la democracia y por la justicia. Y sólo vamos a alcanzar esos objetivos defendiendo los derechos del pueblo y la soberanía nacional, porque fue contra estos valores que dieron el golpe e interfirieron en las elecciones. Fue para entregar nuestras riquezas y revertir las conquistas sociales. Que los comités Lula Libre tengan eso bien claro y actúen cada vez más en la sociedad, en las redes, en las escuelas y en las calles", dijo el ex presidente en carta leída durante el encuentro.
Para el ex ministro de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, presidente del Comité de Solidaridad Internacional y En Defensa de la Democracia, no se trata sólo de la importancia de que Lula esté libre, esté con sus amigos y familiares: es sobre si Brasil es un país democrático.
“Lo que está sucediendo en Brasil hoy es parte de un proceso de afirmación de la potencia hegemónica sobre nuestro país con la connivencia de las elites. El capital financiero necesitaba que Brasil dejase el camino de justicia social y democracia, que abandonase su papel de integración en América Latina”, analiza Amorim.
Esta opinión la comparte João Pedro Stedile, del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). “El capitalismo está en una profunda crisis. Y Brasil es un territorio estratégico para que los capitalistas se salven de la crisis. Y ellos necesitaban controlar a Lula para conseguir eso. Tenían que prender a Lula, el motivo no interesa. El es un peligro para el proyecto del capital. Es el mayor líder de este país y ellos no lo pueden dejar junto al pueblo”.
Para el líder popular, el momento es de abandonar la auto-felicitación y comenzar a poner las “manos en la masa y el trabajo de base”. “Lo que importa ahora es cuántos comités, cuántas jornadas cada militante consigue organizar, cada colectivo consigue llevar adelante”, provoca.
Edición: Rafael Tatemoto | Traducción: Pilar Troya