El asesinato de la concejala por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) Marielle Franco y de su conductor Anderson Gomes, la intervención militar en Rio de Janeiro y el genocidio de la población negra fueron temas de debate durante la 3ª edición de la Feria Nacional de la Reforma Agraria.
La discusión forma parte del seminario “Justicia por Marielle y Anderson, contra la intervención militar y el genocidio negro”, organizado por diversos movimientos y organizaciones políticas en el marco de la campaña 30 días por Marielle [hashtag #30diasporMarielle], iniciada un mes después del asesinato de la concejala de Rio de Janeiro.
Entre los invitados al seminario estuvo Renata Souza, ex jefa de gabinete de Marielle Franco y candidata a diputada estadual por el PSOL en las próximas elecciones. Para Renata, la ejecución de Marielle Franco representa el genocidio de la población negra en Brasil.
“Marielle es víctima de esta sociedad machista, racista, lesbófoba. Fue ejecutada sin aviso, no fue amenazada porque los negros no somos amenazados. Nuestra existencia ya es una amenaza al sistema. Principalmente cuando ocupamos los espacios de poder. Nadie nos amenaza, simplemente nos matan. Todos los días.”, afirmó.
Familia
Según Renata, hay que reafirmar que la muerte de Marielle no se trata de un hecho aislado, pues representa la realidad cotidiana de la población negra y periférica del país.
“Independientemente del lugar que Marielle ocupó, sigue siendo una mujer negra de la favela. Fue asesinada como tantos otros jóvenes negros, asesinados todos los días en las ‘quebradas’ [término usado para designar las favelas en Brasil] de forma bárbara. Por eso tenemos que construir una respuesta a través de la unidad de nuestras fuerzas”, añadió.
La madre de Marielle, la abogada Marinete da Silva también estuvo presente en el debate. Habló justamente sobre la importancia de los diversos eventos, encuentros y homenajes organizados en nombre de su hija.
“Agradezco mucho a esta familia que fue creada con las movilizaciones contra la muerte de Marielle. Es muy difícil hablar sobre su muerte, muy penoso. Pero estos movimientos actuales solo nos engrandecen y nos ayudan. Marielle no fue asesinada por sí misma, sino por defender a la gente. Denunciaba todo, lo hacía en serio. Fue una mujer negra valiente”, dijo durante la apertura del evento.
Estadísticas
La necesidad de construir la unidad entre los frentes y movimientos de izquierda para luchar contra el genocidio de la población negra fue uno de los principales temas durante el seminario.
En el análisis de Cida Bendo, del Centro de Estudios de las Relaciones Laborales y Desigualdades (CEERT), esta articulación es urgente y hay que debatirla.
Los negros definimos la votación para la presidencia si actuamos juntos. Para nosotros sin tierra, sin trabajo, sin techo, solo hay la posibilidad de actuar colectivamente. Tenemos el deber de seguir con la lucha de Marielle, ocupando el parlamento con líderes que presenten nuestras reivindicaciones”, afirmó.
La investigadora revalidó que la población negra conforma el sector más precarizado de la sociedad brasileña. Más aun cuando se trata de los asesinatos y ejecuciones.
Según el Atlas de la Violencia de 2017, presentado por el Instituto de Investigación Económica Aplicada (IPEA) y por el Foro Brasileño de Seguridad Pública, hombres, jóvenes, negros y de baja escolaridad son las principales víctimas de muertes violentas en el país. De acuerdo con los datos, la población negra corresponde a la mayoría, cerca de 78%, del 10% de individuos que tienen mayores probabilidades de ser víctimas de homicidio.
Bia Sankofa, del Colectivo de Izquierda Fuerza Activa, dice que los números no son solo estadísticas sino la grave realidad de todos los días en la vida de los negros, favelados y pobres.
“Todos los días somos números. Estamos en los reportajes, en los estudios, en la tele, como cuerpos muertos. Un chico negro y periférico de 15 años sabe que va a morir porque es lo que el Estado reserva para él actualmente”, añadió.
Genocidio y reforma agraria
El genocidio negro no es exclusividad de los grandes centros urbanos; está presente en la cotidianidad de los que viven en el campo.
Para João Paulo Rodrigues, de la dirección nacional del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), en el campo también hay asesinatos y criminalización debido a la gran presencia de negros y pobres.
“Las ejecuciones son aun más evidentes cuando se trata de luchadores y luchadoras del campo. Vivimos un período en que el Estado brasileño autoriza que las fuerzas de represión ataquen a aquellos que luchan, principalmente el pueblo negro, sin tierra, quilombolas [miembros de las comunidades rurales ancestrales que agrupan afrodescendientes]. Después del Golpe de Estado de 2016 hubo 106 asesinatos en el campo, asesinatos direccionados, específicos. En las periferias de las ciudades brasileñas este número se amplía, pero siempre con un enfoque de clase y raza”, explicó.
Para João Paulo, la reforma agraria es una de las alternativas para construir la resistencia del pueblo pobre y negro en Brasil.
“La reforma agraria es una alternativa para resolver el problema, así como el empleo y la reforma urbana. Solo solucionaremos el problema con lucha, presentando una alternativa política real. Nuestra lucha no es solo contra la policía, sino contra el Estado”, concluyó.
Edición: Diego Sartorato | Traducción: Luiza Mançano