Cuando el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva llegaba a la Superintendencia de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba, en el estado de Paraná, alrededor de las 22h30 de este sábado, 7 de abril, la Policía Militar inició una represión violenta contra la vigilia pacífica organizada por seguidores de Lula en el local. En conferencia de prensa realizada después de la acción, el comandante del batallón de la policía de Paraná confirmó que los primeros disparos contra los manifestantes partieron de agentes de la Policía Federal (PF).
Tras el primer ataque por parte de la Policía Federal, fueron lanzadas bombas lacrimógenas contra el acto público que ocurría desde el sábado por la mañana y reunía a representantes de cuatro denominaciones religiosas, artistas, familias, profesores y estudiantes, además de militantes de los movimientos populares que integran el Frente Pueblo Sin Miedo y el Frente Brasil Popular.
El teniente-coronel de la policía de Paraná también confirmó que no hubo intento de invasión del edificio por parte de los manifestantes, como habían declarado los agentes de la policía federal para justificar la represión.
Y el Cuerpo de Bomberos informó a las 22h30 del sábado que ocho personas resultaron heridas y recibían atención en el local, entre ellas, cuatro niños. La ofensiva de los policiales sólo disminuyó después que se formó una hilera de mujeres para impedir que siguieran avanzando contra los manifestantes.
“Éramos un grupo de profesores, estábamos con los estudiantes, nos manifestando pacíficamente”, afirmó a los periodistas de Brasil de Fato la profesora Andreia Gimenez, que resultó herida tras un disparo de bala de goma. “Esto es para mostrar el golpe que estamos viviendo. ¿Hay ejemplo mejor?”, se lamentó.
Mientras los seguidores de Lula era atacados por las fuerzas de seguridad, un acto contra Lula ocurría a pocos metros de distancia, sin ningún tipo de interferencia. En el momento del aterrizaje del helicóptero en el que viajaba Lula, los manifestantes anti Lula arrojaron fuegos artificiales en la dirección de la aeronave, pero la policía no intervino.
El presidente del Partido de los Trabajadores de Paraná, Doctor Rosinha, afirmó que los primeros disparos partieron de los agentes de la Policía Federal mientras los líderes de la manifestación en defensa de Lula negociaban con los agentes las condiciones para seguir con la vigilia. Pocos minutos antes de la ofensiva policial, la justicia de Paraná había expedido una medida cautelar para restringir aglomeraciones de personas alrededor de la sede de la policía federal.
“Estábamos en el interior de la sede negociando cuando fuimos informados sobre la restricción. Concordamos con la orden de desocupar la frente de la sede de la Policía Federal, pero exigimos también la desocupación por parte de los manifestantes contra Lula”, dijo en entrevista con Brasil de Fato. “Solo nosotros firmamos la orden, los otros no. Entonces los agentes empezaron a disparar. Dijeron que habíamos forzado el portón de vidrio, pero es mentira”, concluyó.
En el texto de la medida cautelar que justificó la actuación de la policía, el juez Ernani Mendes Silva Filho afirma que "el justo recelo de turbación o expoliación fue comprobado a través de los noticieros, que registraron los confrontos en diversas localidades - en especial en la sede del Sindicato de Metalúrgicos en São Bernardo do Campo - que dejó personas heridas, periodistas agredidos, así como actos de vandalismo en edificios públicos y privados, a ejemplo de lo que ocurrió en el inmueble de la Presidente del Supremo Tribunal Federal, algo inadmisible en el Estado Democrático de Derecho”.
Edición: Diego Sartorato | Traducción: Luiza Mançano