Reunidos en el Foro Alternativo Mundial del Agua (FAMA), en Brasilia, segmentos populares y especialistas destacaron este domingo (18) la importancia de garantizar el acceso al agua a todas las diversas poblaciones. En Brasil, el avance de acciones depredatorias por parte de empresas y otros grupos económicos ha causado grandes problemas a diferentes comunidades, en especial a grupos como quilombolas [miembros de comunidades rurales ancestrales afrodescendientes], indígenas, pescadores y agricultores familiares.
El FAMA ocurre al mismo tiempo que el Foro Mundial del Agua, encuentro de las grandes transnacionales interesadas en la privatización de las fuentes y la distribución del agua.
La activista Isolete Wichinieski, de la Campaña Nacional en Defensa del Cerrado*, resaltó que el recurso natural, además de ser un bien considerado esencial, es fundamental para la garantía de los derechos humanos como un todo.
“El derecho a la salud, por ejemplo, no es posible tenerlo si usted no tiene agua para la población. No reconocer el agua como derecho humano es, por lo tanto, una contradicción”, resalta.
Dentro de la disputa política por la preservación del medio ambiente y por el agua, el fiscal de la República Wilson Rocha Fernandes Assis, integrante del Consejo Nacional de Pueblos y Comunidades Tradicionales, señala que la legislación brasileña garantiza al pueblo el usufructo de los recursos hídricos.
Él menciona la Constitución Federal de 1988, que, en su artículo 225, resguarda el derecho de la población al medio ambiente ecológicamente equilibrado y de uso común como factor esencial para la calidad de vida.
“El pueblo es soberano, es dueño de las aguas. El Estado no es dueño del río ni de las aguas. Lo que hace es administrar un bien de la sociedad”, puntúa.
Privatización
En Bahia, la lucha popular contra la privatización del agua en el municipio de Correntina, a 920 km de Salvador, ha sido uno de los temas destacados en la actualidad. El habitante de una comunidad en el cerrado Jamilton Santos de Magalhães conoce de cerca el drama de quien necesita competir contra la fuerza política y económica del agronegocio.
Para tener una idea, los agronegocios y latifundios responden por cerca de 75% de la captación de agua de toda la Cuenca del Rio São Francisco, responsable por los afluentes que desaguan en la región. La actividad compromete directamente el acceso al recurso natural por parte de los segmentos populares.
“Todo mundo sabe que, cuando el agronegocio llega, cambia todo en un lugar, ahí la comunidad precisa luchar mucho para poder consumir agua y para mantener el cerrado en pie. Es una lucha dura, pero somos guardianes del cerrado y vamos a continuar, porque nadie puede morir de sed estando a la orilla de un río”, se desahoga Jamilton.
La privatización y la contaminación de los recursos hídricos comprometen directamente la manutención de los biomas. En el caso del cerrado, más del 50% del área ya fue destruido. Según investigadores que actúan en la región centro-oeste de Brasil, todos los años cerca de diez riachuelos o ríos desaparecen debido al desequilibrio ambiental.
“Si no aprendemos a preservar esto, las consecuencias serán aún más graves a futuro”, subraya Isolete Wichinieski.
El bioma tiene un valor central para el medio ambiente y es responsable por la distribución de buena parte del agua que abastece Brasil y América del Sur. Es de él que nacen los principales ríos brasileños, especialmente las Cuencas Amazónica, del São Francisco y del Río de la Plata.
*Cerrado es una amplia ecorregión o bioma de sabana tropical de Brasil que presenta enorme biodiversidad.
Edición: Thalles Gomes | Traducción: Pilar Troya