En la tarde del lunes (16), trabajadores del sector de cultura y personas contrarias a la extinción del Ministerio de Cultura (MinC) ocuparon el Palacio de Capanema, en Rio de Janeiro (RJ), donde esta ubicado el Instituto de Patrimonio Historico y Artistico Nacional (Iphan) y la Fundación Nacional de las Artes (Funart)
La extinción del MinC fue una de las primeras acciones tomadas por el vicepresidente Michel Temer al recibir la presidencia interina de la Republica de Brasil, el jueves pasado, luego de la abertura del proceso de impeachment que apartó a Dilma Rousseff de su cargo.
Un acto para repudiar la medida y exigir su revisión fue convocado en São Paulo para el jueves (19) por la tarde.
La Cultura en segundo plano
Con el fin del MinC, las atribuciones de la carpeta fueron repasadas para el ministerio de Educación (MEC). El viernes (13), durante la pose del ministro interino Mendoza Filho, los funcionarios del antiguo ministerio lo abuchearon. El cambio, para aquellos que se oponen, tornaran las políticas culturales secundarias e disminuirá aún mas la capacidad de la agenda cultural de aportar verbas. Para este año, el MinC tenia el presupuesto más bajo de los último nueve años y estaba entre los ministerios de Dilma con menos recursos.
El periodista João Brant, que ocupaba el cargo de secretario ejecutivo en la carpeta extinta, argumenta que la tendencia ahora es que todo quede enfocado en el tema de la educación. Un indicio de eso es la elección de María Helena Guimarães de Castro, responsable por la creación e implementación del Examen Nacional de Enseñanza Media (Enem), para la secretaria ejecutiva.
Además, él resalta que las responsabilidades legales del MEC ya son los suficientemente grande y complejas, y la tendencia es disminuir la estructura dedicada a la agenda cultural. Lo que reduce la capacidad del Estado de ejecutar políticas como “Cultura Viva”, que demanda grande equipos y recursos.
“Al extinguir al MinC y pasar sus atribuciones para un MEC reforzado, ya queda claro lo que será priorizado”, resalta Brant. “Los temas internos de cada ministerio disputan espacios. Es natural que sea así, porque no hay tiempo para encaminar todo. Si la disputa es solo dentro de la cultura, es una cosa. Ahora, si la disputa es con la educación, hay un tendencia de subyugar la cultura”, puntuó el periodista.
Él resalta que el MinC contaba con siete secretarias vinculadas. Ahora, las actividades de Cultura disputaran recursos y esfuerzos con la gestión de centenas de universidades e institutos de enseñanza superior. “El Iphan, las políticas de patrimonio y los museos pueden sufrir mucho en este contexto”, apuesta, “La buena tensión entre cultura y educación, siendo la educación un espacio mas formal y cartesiano, y la cultura como un espacio de mayor creación artística y de vivencia, me parecería más rico que una dentro de la otra”, analiza Brant.
Educación
Los cambios, sin embargo, no afectan apenas a la Cultura. Para el coordinador de Políticas Educacionales de la Acción Educativa, Roberto Catteli, tornar el antiguo MEC aún más complejo de lo que era, tiende a debilitar la gestión de las políticas del área.
“El ministro de Educación ya tenia falta de personal y salarios mas bajo comparativamente. Cuando tornas al ministerio más complejo, con más temas, siendo que él no da cuenta ni de sus propios temas, eso tiende a empeorar”, ejemplifica Catteli.
Él recuerda que Temer ya señalizó la disposición de disminuir los recursos destinado a educación. Ese corte, combinado con el aumento de atribuciones, tiene a agravar los problemas. “Parece aun más contradictorio: usted trae la cultura para adentro de la educación y corta recursos de una carpeta que ya precisaba de más. Es imposible mirar eso con una perspectiva positiva. Todo indica que el sistema va a ser aún más precario”, afirma.
Más allá de los problemas de gestión que la fusión de los dos ministerios puede causar, existen también consecuencias en la construcción de las políticas públicas de las dos áreas. Aun que existan intersecciones obvias entre la educación y la cultura, las dos pastas tienen dinámicas bien diferentes.
“El proceso de construcción, financiamiento, como usted crea políticas públicas, son completamente diferentes. Cuando se hablar en educación, estamos hablando de procesos escolares, de redes de educación de nivel inicial y superior, de fomentar la política de lectura, o sea, de un conjunto de acciones muy propias de la educación. Ya en el área de cultura hay necesidades completamente diferentes”, explica Catteli.
Traducción: Maria Julia Gimenez
Edição: Camila Rodrigues da Silva
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